Después de entrevistar a 2,116 familias, un estudio realizado por Bounty reveló esta lista que va de “mejor a peor” en cuanto a una convivencia armónica, según la combinación de hijos e hijas que existe en una familia, siendo el #1 la combinación más fácil y el #12 la más complicada:
- Dos niñas
- Un niño y una niña
- Dos niños
- Tres niñas
- Tres niños
- Cuatro niños
- Dos niñas y un niño
- Dos niños y una niña
- Tres niños y una niña
- Tres niñas y un niño
- Dos niños y dos niñas
- Cuatro niñas
Me sorprende que mi combinación ―dos niños y una niña― haya quedado hasta el número ocho. A mí me encanta mi combinación… me da la oportunidad de tener tres hijos favoritos.
Pablo es mi favorito porque es el grande. Tengo mucha química con él. Me encanta entrar al mundo de su imaginación; es impresionante hasta dónde puede llegar. Y aunque a veces este mundo resulta un poco descabellado, nunca deja de ser fascinante. Es un niño noble, tierno, y alegre; capaz de sacarme una sonrisa, aún en los peores días. Es el primogénito… por eso, es mi favorito.
Pía es mi favorita porque es mi niña. Siempre dije que no importaba cuántos hijos tuviera, siempre y cuando uno de ellos fuera niña. Y llegó mi princesa. Y la adoro. Pía, como buena mujer, es complicada… para todo. Vive la vida intensamente: las alegrías son gritos (agudos) de emoción y carcajadas, aunque tan sólo se trate de un gatito dormido en una esquina; de igual manera, las tristezas son gritos (agudos) de llanto y mares de lágrimas, aunque tan sólo se trate de una mancha de cátsup en su vestido. Es la única de los 3 que se acurruca conmigo en la cama, los domingos por la mañana. A veces habla en un idioma inventado y dominado por ella. Me encanta. Canta todo el día y hace mucho énfasis al pronunciar sus “errres” (perrro, rrrosa, rrrápido). Ella, como yo, ama el ballet. Es mi niña… por eso, es mi favorita.
Luca es mi favorito porque es el bebé. Psicólogas, ahórrense el regaño, sé que está mal, pero qué le hago… siempre será mi bebé, aunque tenga 30. Punto. A Luca lo veo y se me derrite el corazón de ternura. El grandulón pesa casi lo mismo que Pía, pero si me lo pide, lo cargo todo el día. El condenado vacía todo mi maquillaje sobre el piso y qué hago yo… lo regaño (y después, me lo como a besos). Sabiendo que es el último, lo estoy disfrutando al máximo. Me encanta que seamos como uña y mugre. Suertudo, a diferencia de sus hermanos, él se quedará más tiempo en casa antes de irse a la escuela ―hasta los 3 años―y eso me hace muy feliz. Es mi bebé… por eso, es mi favorito.
La combinación de tener niño, niña y niño también me gusta porque los tres se han integrado bastante bien. Pablo y Pía juegan mucho por la poca diferencia de edad que existe entre ellos. Lo mismo sucede con Pía y Luca. A su vez, Pablo y Luca juegan porque los dos son niños y les gustan las mismas cosas. Por lo tanto, se me hace una excelente combinación, ya que ninguno de ellos realmente queda excluido.
Sin embargo, estoy segura de que tengas la combinación de hijos e hijas que tengas, estás contenta con ella, ¿o no?
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