"Odio que me hagan fotos".
Aparentemente, si alguien escribe sobre lo jodido que estar gordo, desde la ironía y con una actitud crítica y negativa hacia la obesidad, parece que el personal se pondría en alerta y tacharía de intolerante a quien diese este paso. Más aún si lo hace en formato cómic, ilustrando gráficamente todos los hándicaps físicos y sociales que supone estar gordo.Pero la obra de la francesa Gally está escrita desde una perspectiva autobiográfica, de forma que sólo los que han estado alguna vez gordos pueden entender de lo que habla, encontrando en Mi grasa y yo una fuente de identificación, comprensión, autocrítica, pero también de ánimo. Gally cuenta como su obesidad le causa problemas físicos y de salud, pero sobre todo sociales y psicológicos al sentirse blanco de miradas y comentarios que reconoce ser muchos producto de su imaginación y de la inseguridad que le provoca su aspecto físico.
Mi grasa y yo es un repaso a todos los problemas que una persona obesa tiene que enfrentar. Los comentarios poco delicados, las visitas a médicos y nutricionistas, el problema de la ropa y el atractivo físico y la dificultad de resistirse al poder atrayente de los bocados dulces y salados más caloríficos. Finalmente, y afortunadamente para la protagonista de la historia y también para el lector (que ya se empieza a desesperar pensando que la obesidad es un círculo vicioso sin solución), Mi grasa y yo se convierte en una promesa de superación personal, al hacerse la protagonista consciente de que su única barrera es ella misma y que todo es cuestión de fuerza de voluntad.
Esta obra recibió el premio Essentiel FNAC en el año 2009, aunque la mejor recompensa por este ejercicio introspectivo de Gally sería conseguir su propósito: una talla saludable que le haga sentirse bien consigo misma. Esperemos que lo haya logrado.