Revista Ciencia

Mi hermano bloguero (JM Mulet) publica su 'Los productos naturales ¡vaya timo!'

Por F.guiral - S.pérez

Elena F. Guiral

¿Amistad o exclusiva? Al final, no sin sacrificio por mi parte, la balanza se inclinó finalmente por el lado de la amistad y aunque en Cultura Biotec llevábamos meses pendientes de la publicación del nuevo libro de JM Mulet*, yo le había prometido no escribir la reseña sin haber leído antes el libro… que finalmente recibimos ayer.

Tal y como esperaba Los productos naturales ¡vaya timo! ni defrauda ni deja indiferente. Y además es muy, muy divertido. Para hacer un repaso tan completo, tan accesible y además tan bien argumentado a los mitos que rodean a los productos naturales hay que ser un gran profesional, un gran científico. Y un gran divulgador.

Mi hermano bloguero (JM Mulet) publica su “Los productos naturales ¡vaya timo!
Porque el libro no sólo se detiene, aunque dedica gran parte de su contenido, en la agricultura y los productos ecológicos, sino que hace un completo repaso a todos los ámbitos que rodean nuestra vida cotidiana, desde nuestra salud a la casa en la que habitamos. Aunque yo me centraré en aquella parte relacionada con los productos ecológicos y las plantas transgénicos, con la que me siento más vinculada.

En el primer capítulo del libro JM Mulet disecciona de forma implacable los pilares capitales en los que se basa la agricultura y la producción ecológica, comenzando por poner en entredicho hasta su propia definición: “La agricultura altera el equilibrio ecológico de forma irreversible […]. La única forma de que en un terreno suceda algo ecológico es no interferir en él. Por tanto, la agricultura nunca puede ser ecológica”.

Acto seguido hace un repaso de los riesgos sanitarios que asumen los consumidores de productos ecológicos. Entre ellos el uso de cobre como fitosanitario en árboles frutales, activación de moléculas tóxicas carcinogénicas en plantas no tratadas con fitosanitarios de síntesis, y mayor índice de micotoxinas encontrado por la mayor acumulación de hongos y bacterias patógenas. Por supuesto sin olvidar los riesgos de aparición de la cepa más virulenta de E. Coli 0157:H, en cultivos abonados con estiércol de origen animal, tan de actualidad en las pasadas semanas. 

Por último el autor finaliza el apartado con una pregunta y una reflexión: ¿Por qué los ciudadanos tienen que pagar de sus bolsillos un tipo de agricultura protegida por las administraciones públicas a la que después sólo tienen acceso los más privilegiados? Y que además es menos productiva,  por lo que perjudica a los más desfavorecidos Como concluye el autor, “la alimentación ecológica no es más sana, ni es mejor para el medio ambiente ni está más buena. Sólo es más pija”. Una curiosa paradoja sobre la que yo también reflexioné en su día.

El capítulo sobre transgénicos, qué logrado el título de La amenaza fantasma, resulta igualmente interesante. Por poner un pequeñísimo pero, ya que soy veterana en estas lides, yo hubiera profundizado algo más en la seguridad y los procesos citando los informes de la Organización Mundial de la Salud, que es realmente lo que preocupa al consumidor. Y hubiera ofrecido algo más de información en positivo: cifras de productividad, el aplastante porcentaje de agricultores indios que a día de hoy cultivan algodón Bt…

En cuanto al tono, las metáforas y las comparaciones que consiguen esbozar más que una sonrisa en el lector no tengo intención de dar demasiada información. Porque confesaré sin remordimiento que mi objetivo final es que todos los que estáis leyendo este artículo también leáis “Los productos naturales ¡Vaya timo!”.

Pero no me resisto, a modo de aperitivo, a reseñar una de ellas, el retrato que traza JM Mulet sobre el movimiento ecologista: “Es un poco como esa señora a la que le dan mucha pena los gatitos que hay por la calle, y todas las noches les saca un poco de leche y comida, que sitúa estratégicamente en la acera de enfrente para que los gatitos ensucien el portal del vecino… y no el suyo”.

Definición de carisma y JM Mulet

Dos líneas más arriba hubiera finalizado mi reseña sobre Los productos naturales ¡vaya timo! de forma relativamente completa, pero me parece también importante trazar unas breves pinceladas sobre su autor. Porque si todo lo que escribimos, queramos o no, desvela siempre un trocito de nuestra alma, en este caso el reflejo es casi perfecto. Sólo alguien con la valentía de José Miguel Mulet hubiera manejado con tanta soltura la ironía, la sinceridad, y afán por divulgar ciencia. Los mimbres de este libro.

Mi hermano bloguero (JM Mulet) publica su “Los productos naturales ¡vaya timo!
Bloguero, desde hace ya un año ha conquistado una legión de admiradores… y críticos con su hermano gemelo on line …  Pero también científico. Porque detrás de un bloguero, no hay un redactor o un informador, con todo mi respeto por este trabajo, que yo desempeñé durante años. Casi siempre hay un bagaje científico e intelectual muy sólido que se adivina, de forma más o menos sutil, tras cada explicación, metáfora o ironía.

No sé si pocos o muchos sabrán que este alicantino licenciado en Química, que compagina su tarea de divulgador con un muy interesante proyecto de investigación de remolacha tolerante a frío y sequía, fue Premio Extraordinario de Licenciatura (1996) y Premio al Rendimiento Académico de la Generalitat Valenciana (1997).  Lo que se conoce popularmente como una mente privilegiada, vamos. Pero además de brillante, carismático y un auténtico  y honesto provocador. Provocador en el sentido más positivo de la palabra.

Hace unos días leí un interesante artículo publicado por The Economist, The angel and the monster. En él se analizaban las causas del carisma arrollador de dos personajes aparentemente tan diferentes como la Madre Teresa de Calcuta y Lady Gaga. La primera comenzó prácticamente de la nada y consiguió que su proyecto humanitario se extendiera por el mundo entero. La segunda se ha convertido en una referencia para miles de jóvenes en todo el mundo y ostenta el récord absoluto de seguidores en Twitter, con diez millones de fans. ¿Las claves del éxito de ambas figuras? Su carisma, su empatía con las minorías, su idealismo y su capacidad para provocar y remover conciencias.  

JM Mulet nunca luciría un traje hecho con filetes de carne cruda (tampoco yo), pero no tiene problema en zamparse una Arabidopsis thaliana en una charla para sorpresa del personal con el objetivo de demostrar la inocuidad de las plantas transgénicas.

Ni él ni yo no alcanzaremos jamás los 10.000.000 de seguidores en Twitter. Además de porque no tenemos presupuesto para modelazos, porque ambos pertenecemos a dos minorías.  La que cree en los alimentos transgénicos (un 28% según el último Eurobarómetro) y la que se dedica a divulgar ciencia. Pero, como decía Federico Luppi en Un lugar en el mundo, “sé que  tengo perdida esta guerra, pero al menos quiero tener la satisfacción de ganar mi propia batalla”. Aquí, mi hermano bloguero JM Mulet y yo, desde las trincheras biotec.

* José Miguel Mulet profesor titular de la Universidad Politécnica de Valencia e investigador del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP)

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