(AE)
Hace pocos días me hacían una entrevista y me pedían el nombre de una persona que según mi opinión hubiera sido decisiva para África (por razones obvias, no valía elegir Mandela). La verdad es que no tuve que estrujarme la cabeza porque tenía la persona a un tiro de piedra.
Para mí, la candidata para este humilde y muy personal homenaje es una mujer ugandesa llamada Mary Ocieng. Ella es, por las razones que explicaré más adelante, una de estas personas que ha cambiado el destino 
Ella quizás no haya sido la héroe que haya abanderado profundas revoluciones o haya provocado cambios radicales a cualquier nivel social o político... pero su vida se ha convertido en una causa particular para que un puñado de personas encuentre un hogar, algo de calor y un futuro. Y además es que lo vive de una manera sencilla y humildísima, sin darle importancia alguna, y sobre todo sin darse aires ni creerse una madre Teresa rediviva.
Creo profundamente que Mary sigue siendo tan pobre simplemente porque no se le ha pasado por la cabeza “cerrar el grifo” de su generosidad personal y sigue encontrando en su humilde casa un rinconcito donde albergar a una criatura desamparada que se encuentre en su camino. Ella nunca acumulará riqueza para sí mientras siga teniendo hijos a los que atender, escuelas que pagar o facturas sanitarias que pagar. Para mí el ejemplo de Mary representa de manera señera el destino de África: Muchas personas me preguntan “¿cuándo saldrá África de la pobreza?” y la verdad es que es una pregunta justificada a la que se me ocurre responder “África saldrá mucho más rápido de la pobreza el día en que sea más egoísta” porque muchas de las economías de este continente afrontan no sólo los desafíos propios de cada familia sino que además asumen los destinos de muchos de aquellos que no han sido tan afortunados. Miro a mi alrededor y veo multitud de familias que han aceptado “entre sus filas” a huérfanos, a hijos de parientes desaparecidos o caídos en desgracia... Está claro que mientras tengan esas cargas añadidas la familia “primigenia” siempre va a tener un lastre que les impedirá tener más afluencia, pero no por eso dejan de dar el paso y tomar la responsabilidad añadida.
Por eso y por muchas más causas, Mary es mi “heroína” favorita y a través de este humilde blog la pongo oficialmente en mi particular cuadro de honor de esta humanidad a veces dislocada, a veces terrible por su egoísmo, su dureza y su intolerancia, pero a veces también admirable porque nos muestra un coraje y un corazón que ya quisiéramos más de uno. El mundo sería definitivamente otro y mucho mejor si hubiera más Mandelas, más Malalas, más Gandhis... y más Marys.


