Muchos padres se preguntan si es bueno o malo que nuestros bebés se metan el dedo en la boca, si estamos haciendo bien o mal cuando les quitamos el dedo de su boquita; pues bien, a continuación, desde mi punto de vista profesional, vamos a valorar los pros y los contra de este hábito que cogen nuestros pequeños.
La succión es un reflejo instintivo que está presente desde la vida intrauterina y se mantiene durante los primeros años del niño. No podemos olvidar que, además de ser fundamental para la alimentación, general las hormonas del bienestar. Por lo tanto, chuparse el dedo es un comportamiento natural en los primeros años de vida. En la mayoría de los casos se supera de forma espontánea antes de los tres años de vida.
En el caso de que este hábito persista más allá de los tres años de edad, los especialistas y yo, desde mi experiencia profesional en el Centro Garabato, os recomendamos actuar para erradicarlo.
Algunos de los posibles perjuicios de chuparse el dedo más allá de los 3 años de edad:
- Problema fonético cuando empieza a utilizar el lenguaje.
- Malformaciones faciales.
- Alteraciones en el dedo, como la formación de callos, eccemas y deformidades.
- Dificultades de deglución normal ( Problemas al masticar)
- Peligro de intoxicaciones o infecciones por chuparse los dedos después de haber estado en contacto con sustancias nocivas o con suciedad.
- Trastornos emocionales por ser un hábito rechazado en su entorno social.
Como profesional que trabajo en un centro, os doy unas pautas para llevar a cabo este proceso de una forma natural y, sobre todo, de una forma divertida y amena para nuestros pequeños:
- Hablar con nuestro niño y explicarle los riesgos y posibles perjuicios que implica el hecho de chuparse el dedo con tanta frecuencia.
- Cuando se chupa el dedo durante el día, en muchas ocasiones, se asocia con el aburrimiento. Por eso, para evitarlo, se pueden proponer distintas actividades y juegos para distraer a nuestros niños.
- Para evitar la succión en la hora del sueño podemos proporcionar a nuestro pequeño un juguete o un peluche. De esta manera, esto objetos transmitirán seguridad y tranquilidad a nuestro niño sin la necesidad de llevarse a la boca el dedo.
- O establecer un sistema de recompensa: ” Economía de Fichas”. Realizaremos con la ayuda y participación de nuestro niño un calendario. Todos los días, antes de irse a dormir, pondremos un gomet (pegatina) verde si el niño/a no se ha metido el dedo ninguna vez o un gomet rojo si el niño sí se ha metido el dedo. Al finalizar la semana, contaremos cuántos gomets verdes hemos conseguido. Os recomiendo que la primera semana el niño solo tenga que conseguir dos gomets verdes, a la siguiente tres y así sucesivamente. La recompensa dependerá del gusto e interés de cada padres y/o hijos.
Para terminar, os quiero hablar de mi experiencia personal. Hace dos meses y medio he sido tita por primera vez. Mi hermana Noelia me ha dado la mayor alegría que una hermana puede dar a su otra hermana: una sobrina.
Mi peque se llama Lucia y nació el 28 de agosto. Lucia, como muchísimos otros niños, lleva unos días que ha descubierto su dedo, empezó chupando su puño cuando tenía hambre y ahora ha descubierto su dedo pulgar. Nosotras, tanto su mamá como yo, dejamos que se meta el dedo en la boca ya que le da seguridad y tranquilidad. Lucia se mete el dedo, sobre todo, cuando se quiere dormir y una vez que ha cogido el sueño, ella sola se lo saca de la boca. Por ello, nosotras le ofrecemos un muñeco de tacto suave para que lo toque y lo agarre. Gracias a él Lucia se relaja y cada vez se mete menos el dedo.
Nos gustaría saber vuestra opinión y vuestras experiencias sobre este tema.
Un Saludo.
Verónica, Educadora del Centro Garabato Cáceres.
Autor Biberón Invitado
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