"Mi hijo de 4 años se muerde las uñas. No sé cómo quitarle este hábito tan malo!"Es posible que hayas detectado que tu hijo se muerde las uñas, lleva ya un tiempo haciéndolo y te está costando mucho quitarle este mal hábito. Tampoco sabes muy bien por qué lo hace, si imita a algún compañero de clase o bien es que está nervioso.
¿Por qué mi hijo se muerde las uñas?
Morderse la uñas es uno de los "tics" o hábitos nerviosos más frecuentes durante la infancia que puede llegar hasta la vida adulta. Morderse las uñas es un modo de aliviar tensiones cuando nuestro pequeño se siente nervioso o estresado ante los nuevos aprendizajes escolares o en situaciones sociales en las que se siente intranquilo.Hay muchos motivos por los que los niños empiezan a morderse las uñas, por ejemplo:
- por curiosidad,
- por consuelo,
- por aburrimiento,
- por costumbre,
- por estrés.
¿Qué debo hacer si mi hijo se muerde las uñas?
Lo primero que debemos hacer es averiguar por qué se muerde las uñas. Como estamos viendo, éste es un hábito nervioso, por lo que debemos averiguar qué es lo que le provoca ansiedad. Cierto que todos los niños sienten ansiedad en algún momento u otro y que en muchos casos este hábito desaparecerá por sí solo, pero en otros muchos no.Por eso, es importante que descubramos que es lo que genera tensión y estrés en nuestro hijo. Una vez detectados los estresores, por ejemplo:
- inicio de la guardería o cole,
- una mudanza,
- un cambio de colegio,
- una separación o divorcio,
- la llegada de un nuevo hermanito,
- ...
No castigarle ni reñirle. Es muy probable que nuestro hijo no sea ni consciente de que está mordiéndose las uñas, como comentaba antes es un tic nervioso, un hábito inconsciente que se activa ante situaciones de estrés o aburrimiento. Por lo que castigarle o reñirle no servirá para eliminar este hábito.Si no se hace heridas es mejor no darle demasiada importancia a este hábito y procurar que lleve siempre las uñas cortas y limpias. A pesar de que es posible que te hayan aconsejado pintarle las uñas con sustancias amargas, esto no solucionará el problema si él no se siente preparado para abandonar el hábito, y para ello debería ser consciente de él.
Evitemos presionarle ya que podemos obtener el efecto contrario intensificando la conducta que queremos eliminar.
Ayudarle a ser consciente de su hábito. Tal y como he comentado en el párrafo anterior, muchas veces los niños no son conscientes de que están mordiéndose las uñas por lo que es importante que les ayudemos a tomar consciencia de ello. Podemos pactar un gesto, tocarle la espalda, un guiño, ... para ayudarle a darse cuenta de que se está mordiendo las uñas.
También podemos distraerle practicando una actividad alternativa en la que deba utilizar las manos: pintar, hacer un puzzle, moldear plastilina, ...
Podemos utilizar las tablas de incentivos para motivarle a abandonar el hábito de moderse las uñas y premiarle por los esfuerzos que está realizando.
Cada niño es diferente, y por tanto cada uno reaccionará de un modo distinto a las distintas técnicas que podamos utilizar, por lo que es preciso probar más de una en función de cómo sea nuestro hijo.
Lo que sí es seguro que cuánto más implicado esté él en el proceso más probabilidades de éxito tendremos.
Si nuestro hijo se lastima o se produce heridas sangrantes deberíamos acudir al pediatra y comentarle la situación para que nos ayude a encontrar la solución más precisa. Es posible que nos remita a un psicólogo infantil si este hábito va acompañado de otras conductas como tirarse del pelo o pestañas o cambios en el sueño. Estemos atentos y acudamos a nuestro pediatra de referencia cuanto antes, ya que los factores estresores que producen el hábito de morderse las uñas están afectando a la salud de nuestro hijo.