Hasta hace unos meses podían encontrarme llorando en todas las redes sociales por mis granos. Para hacerla corta: gracias a una medicación que estaba tomando, mi piel se vió plagada de esos malditos. Para mi, una persona que ni siquiera tuvo acné juvenil, encontrarme en esa situación fue dramatismo puro. Mi piel se encontraba minada de dolorosos puntos rojos. Por si eso fuera poco, mi autoestima decidió tomarse franco durante esa etapa y estuve a nada de salir a la calle con una bolsa de madera en la cabeza.
En el post de hoy les cuento los productos que usé (y los que dejé de usar) para tratar de aclarar las manchas post acné que dejaron su huella.
Muchas de uds. habrán leído que realizo una rutina dinámica: le doy a mi piel lo que necesita en el momento. Como sabía que los granos eran inevitables (por más cremas preventivas que usara, a la corta o a la larga iban a aparecer), me centré en tratar de no tocarlos, para que las manchas fueran lo menos oscuras posibles. Me ayudaron muchísimo dos productos como el tópico de Lidherma, Acnex Depure y el aceite de Tea Tree de The Body Shop. Cada vez que podía o me miraba al espejo, les ponía un poco de alguno de los dos.
En la rutina diurna, mis productos salvadores fueron los sueros de vitamina C (usé las versiones de La Roche Posay y la de RoC, cuando se me terminó una, seguí con la otra) para evitar manchas, aclararlas y potenciar la protección solar. También usé la crema Anti Pigmento de Eucerin, que además puede usarse en los meses de verano. Mención de honor para el protector solar de Isdin SPF 99 que aclara manchas y unifica el tono con un leve color. La limpieza siempre la hice con una solución micelar y nada más.
A la noche, mi dermatóloga me prohibió terminantemente exfoliar (ni siquiera una vez por semana), sólo podía lavarme la cara con un jabón syndet (Lidherma y Aderma) y si quería, un poco de aceite. Después, aplicaba el suero PigmentClar de La Roche Posay. Durante esos días, podía usar un suero o gel hidratante, pero la idea era tener una rutina con productos centrados en aclarar las manchas. Después seguía con Effaclar Dúo, también de La Roche, y terminaba con Eucerin Antipigmento nocturna otra vez.
Estaban terminantemente prohibidas las mascarillas y todas las cremas densas, sólo geles o sueros. Con una mano en el corazón, reconozco que de estar en invierno hubiera recurrido a la mezcla de Pitanguy a pesar de ser pesadísima.
Una vez que pasó el brote de acné, tuve que continuar unas semanas con estas cremas hasta que, de a poco, pude incorporar el resto de mis cremas (antiage, hidratante, etc).
Por último, sólo debo decirles que el tratamiento de las manchas post acné necesita de mucha paciencia y constancia. Al principio parece que nada funciona, pero hoy, después de varias semanas de sufrimiento, puedo mirar mi piel otra vez con tranquilidad.
¿alguien tiene algún producto salvador para compartir?