Para las mexicanas hoy es un día especial. Hoy se celebra el Día de la Madre allende los mares. No les negaré que me causa conflicto dos cosas: no estar cerca de mi madre y que éste día no signifique nada para Critter. Pero mejor porque así hoy se lo dedico a mi mamita completito.
Si tuviera que describir cómo es mi mamá diría que es una persona absolutamente divertida. ¡CON UN GENIO DEL CARAJO! Así que es una combinación explosiva. Lo mismo puede estar riéndose como “Lindo Piojoso” el perro de la Abuelita de Piolín y hacerte reír nada más de escuchar su risa, o lo mismo puede gritar con su voz ronca y sacarte el alma del cuerpo.
Hay cosas que me encantan de mi madre. Una de ellas es el don de “antojar”. No es fácil tener esa cualidad. Mi madre siempre elige el plato perfecto. Aún desde niña recuerdo en los restaurantes que me decía “pide lo mismo que yo pues siempre te gusta más el mío” pero yo no le hacía caso. ¡Bah! ¡Que razón tienen las madres! Era llegar y ver su plato, ver como se preparaba el bocado, la mordida despacio que le metía cuando ya le suplicabas que por favor te diera. Y ella terminaba cediendo todo. Siempre. Aún de mayores sus hijos. Mi padre se ponía de los nervios con ésto pues no le gustaba nadita compartir su comida.
Imágenes que tengo grabadas como fuego era cuando de pequeña, a media noche, corría a su cuarto y me metía de su lado de la cama para que no se enterara mi padre y ella me arropaba con sus pies y manos volcánicas. El calor que genera es increíble ¡yo siempre tengo los pies fríos en la cama! Cuando mi padre se daba cuenta gritaba de ipsofacto: “Niña vete a tú cama” y mi madre mentía diciéndole “está dormidísima”.
Recuerdo como cada noche me iba a acostar…¡Hay si Estivill supiera que me durmió hasta los 22 años creo que le daría un paro cardíaco! pero eran nuestros momentos de complicidad. De contarnos el día a día, que me narrara su juventud, como conoció a mi padre.
¡Buaaah! Esas historias me encantaban. Como mi mamá había elegido a mi padre en la foto de orla de mi tía y quería bailar con él en la fiesta de graduación. ¡Y lo logró! Recuerdo también la anécdota que siempre me contaba entre risas de que mi padre la había invitado a un concierto de música de rock carísimo y que mi Yaya le dijo que “huy que le iba a pedir a cambio por llevarla a ese concierto” y “que si quería ir que llevara a mi tía de chaperón” a lo que mi madre respondió “pues por dos boletos del concierto seguro me termina pidiendo más”….Discusión zanjada con una bofetada.
Mi mamá odia las ratas, ratones, ratoncillos o cualquier cosa peluda de cola larga. Era ver uno y ponerse a chillar como marrana pariendo. De pequeña ella estuvo interna y por la noche no había luz en el baño. Así que un día fue de madrugada y al terminar y subirse las braguitas sintió que algo se movía. ¡UN RATÓN! ¡Pelos como escarpias! pero es una anécdota que también me encanta. Y sobre todo en mi memoria mi padre era un súper héroe cuando cogía la escoba y perseguía al ratón por toda la casa.
Mi mamá teje mantitas. Ella es una persona de manta. No se puede echar una siesta sin taparse. Y es cuestión que supiera que un bebé viene en camino para que se pusiera a tejer y tejer y tejer y regalarte una maravilla.
Mi mamá habla quince idiomas. El ingles lo domina y el resto se los inventa. Pero da igual que yo haya estudiado italiano, francés, inglés que cuando vamos a un sitio ella se hace entender con señas y poniéndole a todo “por favorcini, spaguettini, jusdeoranch, sisvuple y el tradicional “sir plis ai want to go chopping” que conseguía TODO. Vamos ríanse ustedes pero esto me ayudó a saber que los idiomas no eran lo mío.
Mi mamá tenía que haber tenido una guardería. Adora a los niños. No sólo a los propios si no a los ajenos. Los pone a dibujar, a cantar “palmas palmitas”, les cuenta historias y les canta con su voz poco agraciada, pero ningún niño se resiste a sus encantos.
Mi mamá es una niña más. A los 12 años en mi graduación de primaria fue a decirnos que ‘ni se nos ocurriera aventarnos a la piscina porque estaba helando”. ¿Que hicimos? La tiramos a ella entre todos mis amigos y no podíamos dejarla ahogarse.
Mi mamá tiene un nombre exótico, extranjero y en resumen un tanto feo. Se supone que la llamaron así por sus ojos grises. Su hermano no podía pronunciar el nombre y le puso Kitty. De ahí me convertí en la niña más guay ¡su madre se llamaba como el muñeco!
Mi madre hace la mejor paella. ¡Ni en España la he probado tan buena! y su postre estrella es la tarta de chocolate “Príncipe Alberto“. Cada cumpleaños de toda la familia lo celebramos con uno de éstos.
Le teme a las alturas y no le gustan las montañas rusas. Le vuelve loca el pan mojado en café (o en vino) y su chocolate favorito es uno mexicano de los ochentas que se llamaba Almonris o uno americano llamado Butterfinger.
Mi mamita es la enciclopedia Salvat personalizada. ¡Uno nunca puede apostar todo su dinero con ella porque siempre gana! Y esa pasión por saber debo decir que es una de sus cualidades que mas amo.
Le encanta Bruce Springsteen y U2. Escucharla cantar “with our without you” en el coche mientras nos llevaba a mi y a mis amigas pubertas al cine me daba vergüenza pero hoy es algo que recuerdo con mucho orgullo.
Mi madre es la única mujer en la tierra que maneja no mal, ¡SÚPER MAL! (lo siento madre pero es cierto). Tenía un coche enorme en los ochentas de esos que parecían lanchas y una tarde que fue por mi a la gimnasia olímpica el coche decidió no encender. Estábamos a la mitad de la calle y caía una tormenta tremebunda. En aquella época no existían los móviles. ¿Que quedaba? Ponernos a rezar. Y de ahí la razón que cada vez que yo pinche un neumático me ponga a rezar. Traumas de la infancia.
Mi madre siempre creyó en mi. Me enseñó que los límites se los pone uno mismo y que puedes llegar hasta donde tú quieras. Incluso presume de mi blog y de que algún día me darán un premio Nobel (eso es amor de madre del bueno).
Como buena madre tiene TODOS nuestros dibujos guardados, nuestras huellas, nuestros dientes y todos los regalitos que le hicimos del día de la madre.
Mamita ya sabes que no se me da muy bien pintar pero ¡el dibujo siempre es un regalo seguro! Así que cuando supe que la mejore ilustradora del mundo, mi titi, Esther Gili se había lanzado a recibir pedidos de retratos le pedí que hiciera su magia Y ME DEJARA SENTIRTE A TI CERCA Y A MI PAPÁ QUE ME LO PRESTARA UN MOMENTITO:
Así que mamita, hoy quiero que no haya límites geográficos y que sientas éste abrazo a tu alma.
Ésta foto me la enviaste cuando vivía en Madrid y mi papá había dejado de ser Miss Clairol dejándose look canoso así que le guardo un especial cariño.
¡Gracias por ser LA MEJOR MAMÁ DEL MUNDO!
Te amo.