Mi mejor profesora (Ensayo)

Publicado el 03 junio 2019 por Carlosgu82

Puede que no sea la carrera más glamorosa y que no sean los profesionales mejor pagados, pero el impacto que los profesores tienen en la sociedad es invaluable. Moldean el carácter de los jóvenes, les enseñan tanto las materias académicas como las habilidades para la vida y actúan como algunos de los primeros modelos de conducta para las mentes jóvenes e impresionables.

Cuando entré a la escuela secundaria, estaba muy asustado e intimidado. Habiendo sido criado en una aldea rural y asistido a una pequeña escuela primaria, venir a una escuela de una gran ciudad fue muy desalentador. La primera profesora que conocí en mi nueva escuela fue la Sra. Linda, una profesora de inglés que resultó ser una amiga cercana, una mentora y también mi profesora de inglés.

«Joven, pareces aterrorizado.» Estas fueron las primeras palabras que me dijo ese primer día. Y lo estaba. No tenía amigos, ya que nadie de la escuela de mi pueblo se había graduado. Todos parecían hostiles, especialmente los mayores que eran el doble de mi tamaño.

Me familiaricé con mi nueva escuela bastante rápido. La Sra. Linda fue la primera profesora que nos enseñó. Tenía una presencia dominante que hacía saber a todo el mundo que no toleraría ningún tipo de travesura, pero su rostro amigable hacía que uno se sintiera en paz en clase.

Llegó el momento en que me gustó el inglés y esperaba con ansias su clase. Siempre tenía una historia divertida que contarnos y siempre empezaba su lección con un chiste. Esto hizo que aprender inglés fuera algo que todos esperábamos con ilusión.

En mi tercer año, empecé a salir con algunos personajes famosos. Pasábamos todo nuestro tiempo libre aterrorizando a los estudiantes de tercer año y, durante las clases, siempre hacíamos bromas a nuestros compañeros. Como resultado, mis notas bajaron mucho. Mis padres intentaron hablar conmigo, pero todo fue en vano.

La Sra. Linda fue la primera profesora en notar el cambio en mi comportamiento y en mis notas. Me llamó a su oficina. Trató de hacerme hablar con ella sobre mi repentina mala actitud, pero me negué a compartir nada con ella.

Sin embargo, ella no se dio por vencida conmigo. Siguió tomándose un tiempo libre para hablar conmigo. Cuando un día uno de mis amigos fue expulsado de la escuela por escabullirse de ella, supe que era hora de que cambiara. Fui a ver a la Sra. Linda,, a quien se lo confié. Ella no era crítica, sino que era muy comprensiva y me dijo que la rebelión era una fase que todo hombre joven atraviesa en un momento de su vida adolescente.

Ella siguió asesorando durante dos meses durante los cuales pude reformarme y convertirme en el estudiante modelo que solía ser. Mis notas mejoraron y en pocos meses estaban al nivel que solían estar.

Pasé el examen final con honores, especialmente en inglés. La Sra. Linday yo nos mantuvimos cercanos incluso después de la escuela secundaria, y hasta se tomó su tiempo para ayudarme a seleccionar el curso adecuado en la universidad. Hasta la fecha, seguimos siendo buenos amigos, no sólo con ella, sino con toda su familia. Su influencia en mi vida ha sido grande.