Mi niñ@ no me come

Por Bebemon

Qué difícil es!!! Ha estado comiendo siempre muy bien, cantidad y variedad y de repente no quiere probar nada… sólo lo que le entra por los ojos.

Pasamos de una calma en la mesa a un campo de batalla a la hora de comer.

photo © 2007  GaullyGirl more info

Hay muchos niños que a partir de los 3 ó 4 años cambian sus hábitos alimentarios no les apetece comer, su paladar se va volviendo selectivo a medida que crece y esto conlleva  a una lucha diaria a la hora de comer.

Tenemos que diferenciar bien entre inapetencia reciente o falsa. La reciente aparece cuando está malito….un simple resfriado le puede quitar las ganas de comer y suele desaparecer cuando se resuelve el cuadro; en este caso no hay que obligarle a comer, hay que ofrecerle abundantes líquidos y dividir las comidas en varias tomas y en pequeñas cantidades.

Se sospecha la inapetencia falsa, cuando el niño no acepta alimentos como las verduras el pescado etc….pero siempre tiene hueco para las golosinas, zumos, dulces, etc….siempre a deshora.

Los motivos de que no coma,  pueden ser distintos para cada niño. Existen condiciones psicológicas como los celos generados por el nuevo hermanito, angustia, empezar la guardería, entre otros. O puede deberse a condiciones orgánicas como una gripe, enfermedades digestivas, entre otros, como hemos comentado anteriormente.

Después de descartar alguna enfermedad en nuestros hijos que genere la falta de apetito, hay que establecer una estrategia,  para que comer,  no sea más un martirio para nadie.

Tenemos que empezar teniendo mucha paciencia porque no sirve de nada gritarles y obligarles a comer por la fuerza….eso hará que se enfade más y siga pataleando.

Podríamos empezar estimulando su apetito haciendo que la comida sea más vistosa. Podemos utilizar platos, vasos y cubiertos con sus personajes favoritos. Hay  muchas recetas para cocinarles platos muy divertidos, sanos y sabrosos.

También hay que establecer unas horas para comer y que no estén picando a deshoras con lo que les quitará el hambre.

El niño debe permanecer sentado por muy difícil que parezca. Si se levanta no debemos perseguirle por el comedor. Debe comprender que fuera de la mesa, no hay comida. Tenemos que armarnos de paciencia y ser metódicos y firmes. Adoptar esta actitud es complicado, porque dar de comer a alguien que no parece tener jamás hambre,  es exasperante.

No podemos obligarlos a comer más de lo que necesitan, hay que fijar el valor de una ración. Un niño come mucho menos que un adulto convencional y la dividiremos por la mitad. Esa será nuestra ración “objetivo”, lo cual no quiere decir que a veces se quede muy por debajo de la misma.

No hay que forzarlo para comer, pues seguirá con la rabieta.

También tenemos que evitar que a la hora de la comida esté demasiado cansado o con demasiada hambre, si está cansado es mejor que se relaje un poco antes de empezar la ardua tarea de sentarse en la mesa a comer,  y si es de los impacientes cuando llegan a casa, intentaremos tenerles la comida preparada.

Tenemos que hacer que la hora de la comida sea un momento alegre, donde sea un espacio donde él  nos pueda ayudar a colaborar en la cocina con cosas muy simples como lavar la verdura, etc.. , de esa manera se integrarán más con lo que va a comer…..y una vez en la mesa, hablar de cómo le ha ido el día……y de esa manera que se olvide que está comiendo.

Si tiene algún amigo de la misma edad que coma bien, invítalo a comer o merendar para que le sirva de ejemplo, pero sin resaltar mucho lo bien que lo hace su amigo, a veces sólo con que lo vean, ya quieren imitarlo.

Recuerda que es muy importante que se integre en la cocina y que vaya aprendiendo a probar diferentes sabores y texturas y sobre todo que no hay una comida que no le gusta,  si no que unas gustan más que otras y lo tienen que probar.

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