Una de las cosas de la vida que no suelen enseñarnos es a ser feliz. Recuerdo que, estando en clases de ética, en cuarto de la ESO, allá por el año… soy viejo, ¿eh? Pues bien, nos preguntaron qué queríamos ser de mayores, a lo que cada uno contestó una profesión. El profesor, indignado, respondió: perfecto, ésta es la evolución de la sociedad a la que nos dirigimos, máquinas sin corazón. ¿Es que no hay nadie que quiera ser feliz de mayor?
Y, desde entonces, retumba en mi cabeza eso de ¿seré feliz? ¿estoy a gusto con mi vida? Valorando todo lo que tengo, podría afirmarlo. Pero, para que fuera una felicidad plena, mi niño también debería serlo.
¿Cómo saber si mi niño es feliz?
Unos pensarán que si no es feliz con dos años, ¿cuándo va a serlo? Otros, que es aún demasiado pequeño, que ni siquiera va a saber responder si le preguntas. Y puede ser que el crío no sepa responder a esto, pero su comportamiento puede darnos algunas pistas.
Come bien
No es sólo que coma bien, sino que disfruta con la comida, le hace hasta ilusión comer ciertas frutas y otros alimentos.
Se involucra en los juegos
El crío prefiere jugar en compañía. Hay veces en las que realiza alguna actividad en solitario, como dibujar o jugar con sus coches, pero lo normal es que quiera hacerme partícipe y me diga que le dibuje algo para él colorearlo posteriormente o me traiga la pelota para que juguemos los dos. Cuando ve algo que le hace ilusión, siempre corre a nosotros para decirnos qué es y que nosotros vayamos a verlo.
Es sociable
Le gusta ver a todo el mundo, a quien conoce y a quien no. Y, además, saluda y se despide. Si osas no echarle cuenta, te saludará las veces que haga falta hasta que le respondas con tu saludo. Si echa de menos a alguien, pregunta por él; ya ha pasado varias veces con los abuelos y los tíos. También, al mínimo gesto que le hagas para reír, va a soltarte una carcajada.
Por otro lado, no es un niño egoísta, si está jugando con algo y llegas a casa, vendrá a saludarte y te dará lo que tenga en las manos. Con la comida, hace lo mismo. Si le pides un poco de lo que él esté comiendo, te lo va a dar sin oponerse.
Duerme bien
En este aspecto, puede complicarse la cosa. Puede despertarse en mitad de la noche llorando y hay veces en las que le cuesta irse a dormir, pero, comentándolo con otras madres, he llegado a la conclusión de que es más común de lo que parece, que a la mayoría de los niños suele pasarle. Por lo tanto, no me preocupa en exceso.
Rabietas
Alguna que otra sí ha tenido, pero no las tiene a diario ni por algo que se le haya antojado. Cuando más le pasa, es cuando va llegando la hora de la siesta y aún no se ha dormido. También, cuando ha pasado una mala noche por no dormir correctamente, aunque eso nos ocurre a niños y a adultos. ¿Quién no está irritable cuando no duerme?
Como conclusión, puedo decir que... ¡mi niño es feliz! Aunque debo confesar que lo sospechaba 😆😂
Hoy no voy a preguntarte sobre si tu hijo es feliz o no, está claro que lo será, no hay que dudarlo, pero, ¿nos aportas tu granito de arena contándonos algo sobre él?