Mi no entender

Publicado el 23 septiembre 2010 por Cosechadel66

Fecha estelar: 45/7865 (joder, siempre quise escribir esto .-P)

Grupo 6 de vigilancia orbital alrededor planeta “Tierra”, para el comando estelar, nebulosa 225.

A la atención del comandante Est-ebán

En respuesta a su petición de hace unos días, le envió mis opiniones sobre el “riesgo” y los humanos. Al parecer, el riesgo queda definido como poner la integridad física, psicológica o económica del individuo en peligro. Aun cuando en muchas ocasiones los humanos se “arriesgan” (así denominan a la acción de poner en peligro esa integridad) para conseguir algo importante, y eso ha sido una de sus más importantes características a lo largo de su corta historia, parece ser que obtienen mucha cantidad de eso que llaman “felicidad” (si no entiende el término, leáse mi anterior informe) del mismo hecho de realizar algo “arriesgado”.

Le pongo a usted tres ejemplos, sacados de aquella red que montamos hace unos años para que los humanos nos hicieran parte del trabajo de vigilarles.: Youtube. En el primero, una veintena de humanos, a bordo de unos engendros mecánicos altamente ruidosos pero veloces, llamados motos, y bajo la máxima expectación de decenas de miles de personas, compiten por llegar primero en una carrera. Por lo visto, los ganadores son recompensados con bastantes unidades monetarias y conocimiento popular. Sin embargo, la motivación principal suele ser la propia competición. Y arriesgan la vida, como puede ver usted mismo:

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En el segundo ejemplo, se trata de un único individuo quien se enfrenta a un ejemplar de otra raza habitante de la tierra, llamada “toros”, al que obligan a luchar en una batalla desigual, que siempre acaba con la muerte de este último. Esta batalla también es contemplada por numerosos humanos, quien incluso aplauden la consecución de heridas al ejemplar de la otra raza. Aún siendo desigual, no es raro que el toro, en legítima defensa, logre herir gravemente, e incluso matar al humano. Veálo usted mismo:

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Y por último, mi comandante, le envio un documento que prueba que la emoción que los humanos encuentran en arriesgar su vida no depende de que obtengan reconocimiento o unidades monetarias con ello, sino que es la propia acción lo que satisface esa extraña ansiedad por alcanzar los límites.

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Es curioso comprobar que a la mayoría de humanos la primera práctica (las motos) les parece divertida y placentera, y entienden perfectamente que esos “motoristas” arriesguen su vida, e incluso que su principal motivación sea el propio riesgo al hacerlo, esa emoción que le comentaba. Al igual pasa con la segunda práctica, que si bien está limitada a pocos territorios y es contestada por bastantes, lo es sólo por la obligación del ejemplar no humano a ser sacrificado. Se entiende perfectamente que un individuo arriesgue su vida saltando a un espacio circular a enfrentarse a un toro.

Pero sin embargo, en el caso de los individuos más jóvenes que se arriesgan colocándose bajo los trenes, la reacción popular es totalmente contraria. Afirman que es descabellado hacerlo, que es una locura, que es inaceptable. Si los mismos humanos aceptan y toleran el riesgo en unos casos, y les parecen héroes quienes lo practican ¿que cambia en el tercer caso?

No puedo ofrecerle, mi comandante, mayores conclusiones. En realidad, mi no entender.

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