Revista Cultura y Ocio

Mi novia preferida fue un bulldog francés. Legna Rodríguez Iglesias

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Mi novia preferida fue un bulldog francés. Legna Rodríguez Iglesias
     "Morí seis meses después de haber cumplido noventa años. De meningoencefalitis. En un Hospital Militar situado muy cerca del Casco Histórico, a un kilómetro del Zoológico y del Casino Campestre. Dejé una esposa, tres hijos, cinco nietos y dos bisnietos. Luego nacerán otros bisnietos, morirá mi esposa, envejecerán mis hijos. Todo a su paso. En orden natural y cronológico."
     Esta vez fue el título lo que me llamó la atención. Me dejó descolocada y no sabía si encontrarme una de esas novelas amables de corte chick lit o un tratado sobre la soledad. No tenía ni idea. Pero el título estaba ahí y me seguía pareciendo atractivo. Hoy traigo a mi estantería virtual, Mi novia preferida fue un bulldog francés.
     Estamos ante un libro compuesto por quince relatos en primera persona que contiene además unas frases cortas en letra más grande, a modo de transición entre ellos. Como pequeños mensajes a caballo entre el dardo reflexivo y la ironía, que bien pudieran ser un estado de esos que la gente pone en una red social. Y mientras leemos y pensamos eso, descubrimos que su bulldog piensa lo mismo de dichas frases.
     Cada relato una voz, todas impactantes, aunque unas más que otras. El fragmento con el que se abre la entrada pertenece al primer relato del libro. La muerte, los preparativos para el duelo, las visitas póstumas, la familia, los deseos... Hay muchos sentimientos encerrados en los cuentos de este libro. Se habla de amor, de miedos, de viajes, de echar de menos y también de violencia de género. Se tratan temas serios y se dan pequeños bocados a una Cuba cambiante. Una Cuba que ya ha cambiado. Y dentro de ella sentimientos imperecederos como el temor. Y la autora lo hace usando siempre la primera persona, acercándose al lector para que sienta, por ejemplo, la vergüenza de una protagonista con una enfermedad, tal vez de transmisión sexual, le dicen. Y ella no lo comprende, pero da igual, el temor está ahí.
     Es muy difícil escribir un libro de relatos y mantener al lector en una intensidad constante, y sin embargo Legna lo consigue. Quizás por el tema cambiante frente al estilo mantenido. Quizás porque son temas conocidos, hay personas que quieren salir, hay otras que buscan... hay vida. Y también, aunque no nos demos cuenta, un entorno en todos ellos, un telón de fondo, que es la sociedad cubana en la que viven y que nos va marcando la posición de los ciudadanos allí, la de las mujeres...
     Me ha gustado. He disfrutado de los relatos y, si tuviera que quedarme con uno, me quedo con Mala. El número catorce. Con una protagonista con una fuerza tremenda que me ha hecho reflexionar. y un estilo más poético que el resto, aunque ese vestigio de musicalidad ya se había percibido, o visto claramente, en algún otro. Y me gusta el último, en el que al fin toma la palabra ese bulldog francés, alias pez o sapollina, y que cierra el libro con un retrato privado. Una suerte de pequeño juego metaliterario respondiendo a preguntas no formuladas por el lector, o de retrato en cueros, ya que habla también de eso.

     "La idea inicial de este libro, según su autora, que no soy yo, yo soy solo su mascota y su instrumento de inspiración, era escribir quince cuentos en primera persona para que el lector se sintiera más cercano al texto. Y todo alrededor de mi. Sobre mi."
     Me ha gustado, lo he disfrutado más de lo esperado y me quedo con el estilo propio que demuestra su autora. Legna Rodríguez ha saltado de género a género, del cuento al poema y del poema al teatro pasando por la novela. Ha merecido varios premios y los ha obtenido, y era uno de los nombres sonados para este año que yo desconocía. Como digo, me ha gustado mucho en sus formas, en sus letras. Repetiré.
     Y hablando de libros o autores esperados para este año, ¿hay algún libro que esperéis especialmente?
     Gracias.

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