Hay dos veces al año en que me propongo cosas aunque luego nunca cumplo. Una en enero, y otra en septiembre. Es como unas fechas limites, ¡el fin del mundo se acercaaaa!. Como una especie de ponte las pilas, o haz esas cosas que siempre pospones.
Posponer es lo mío, o procrastinar, lo mismo me da, y el blog es una de esas cosas que he postergado demasiado, sin ningún motivo especial, tan solo la pereza, o la falta de ganas de comunicación. No voy a decir inspiración, eso es una cosa, pero a veces la tienes y no te apetece compartirla. Te apetece guardártela para ti sola, para tu disfrute.
Tengo miles de fotos en el móvil, en el ordenador, en el disco duro, fotos que piden a gritos inmortalizarse en un album. Esta foto es de Córcerga de hace 4 años, y aún las tengo ahi todas mezcladas, abandonadas.
Es cierto que le mejor recuerdo la retina, pero me apetece tocar mis fotos, lo que el ojo vio ese día que a veces mi retina se olvida.
Tengo miles de cosas que me han pasado, de anécdotas y aún están ahi, en algún lugar escondido, esperando ser descubiertas y compartidas, y que nos riamos juntas y sigamos descubriéndolo de nuevo con esa sensación de no haberlo vivido nunca.
Tengo tantas cosas que contar, tantos momentos aún por vivir, que creo que se va a acabar eso de procrastinar.
Lo siento Scartala, creo que con la edad, prefiero pensar las cosas hoy, mañana igual es tarde.
Feliz lunes ❤
Post DataLa dieta también vuelve, esa siempre vuelve.