Fay es una adolescente que participa en un casting para el teatro del colegio, donde es seleccionada para representar a la protagonista de una obra, lo que generará el recelo de alguna de sus compañeras, por lo que tendrá que descubrir a la persona que intenta suplantarla.
La cineasta ha contado con un reparto potente en el que participa Sophie Turner, recordada por interpretar a Sansa Stark en la serie Juegos de tronos. El personaje masculino recae en Jonathan Rhys Meyer al que Woody Allen le dio la oportunidad en Match point y todo un clásico como Geraldine Chaplin, que no hay película española en la que no participe haciendo un papel secundario siempre interesante.
La cinta cae en todos los tópicos del género del suspense, sirviendo su visionado para que nos demos cuenta de la importancia que el cine suele dar a la familia a pesar de que no es lo más importante de la producción. Por otra parte, refleja el daño que puede hacer la envidia que una persona pueda despertar en alguien junto a las consecuencias personales que puede presentar este defecto en el envidioso.