Mi perfecto viaje a Japón: día 6 (Shirakawago)

Por Déborah F. Muñoz @DeborahFMu
Día 1: Vuelos y Osaka
Día 2: Osaka, Nara y Kioto
Día 3: Kioto y maico plan
Día 4: Kioto y Gion Corner 
Día 5:  Magome, Tsumago, Takayama y onsen y kabuki
Lo primero el desayuno: superaron el hotel de Kioto, pues no solo tenían chocolate, sino también tortitas, gofres y un bollo de chocolate. Ñam.Y aviso desde ya de que la crónica de este día va a ser un poquito más corta porque la mayor parte nos la pasamos en el autobús. No obstante, mereció la pena porque pudimos visitar Shirakawago, un pueblecito de techos de paja, Patrimonio de la Humanidad, que es una delicia ver en invierno, todo nevado y precioso. 

Shirakawago

Allí, pudimos entrar a una de las casas para verla por dentro y nos explicaron cómo se construyen, qué estructura tienen... y además, en el paseo por el pueblo, nos encontramos con un iglú. Eso sí, el puente para llegar daba un poco de miedo porque, aunque en teoría está bien construido, al moverte se bamboleaba y resultaba un tanto inestable, incluso mareaba.Durante el trayecto el autobús, nuestro guía nos habló de los kanjis japoneses, además de las condiciones climatológicas en verano y en invierno y por qué ocurren, entre otras cosas.Fuimos hasta Nagoya, donde comimos en un restaurante de esos que parecen supertípicos asiáticos pero con una comida rica y abundante.
Tras eso, volvimos a coger el tren bala, esta vez en dirección a Hakone.

El trayecto fue algo más largo, por suerte, tanto en el autobús como en el tren bala teníamos wifi (y buenas compañías para charlar). Además, desde el tren pudimos ver el monte Fuji por primera vez. La verdad, pensaba que era una cosa muy sobrevalorada, pero verlo desde aquí me ha impresionado muchísimo (me pasó igual con el Coliseo, ¿os acordáis?) y quedé deseando verlo más de cerca.El hotel estaba un poquito lejos de la estación pero tenía un paisaje bastante bonito de camino. Una vez llegué, me fui directa al onsen (no tenía jacuzzy y era más pequeño) y luego a cenar. La cena esta vez fue bastante más normalita, con platos de esos grandes que luego tienen muy poco contenido, pero en general no estaba mal y, como había muchos platos, acabé llena.

Extra tips y curiosidades:

Los precios de los amuletos y de los souvenirs cambian mucho dependiendo del sitio al que vayas. Por ejemplo, en el Templo del Buda gigante es más caro el amuleto que en el resto de templos que visitamos en Kyoto pero en el templo de BenTen-do eran aún más caros. También venden amuletos en algunas tiendas de souvenirs pero no tiene mucho sentido. En cuanto a los souvenirs, suelen estar más baratas las cosas pequeñas (tipo los darumas... etcétera) en las calles más comerciales que dan a los templos, pero es mejor comparar algunos sitios. Además, es mejor comprar las artesanías en las zonas donde se producen.
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