Por circunstancias de la vida, he recordado mi primera cita por internet, hace ya como 10 años.
Andaba yo intentando explorar mi sexualidad. Porque, antes de ser Candela, fui hetero. Es lo que tiene Candela, que nació les.
Así que, quedé con una chica, no con pretensiones sexuales, al menos, no de entrada, porque Candela ya se las sabe todas, pero, en aquellos tiempos no sabía nada de nada.
Ella se me había descrito como una chica femenina. Delgada. Pelo corto. Morena. Sensible. Cariñosa. Venía de Madrid a Sevilla. Tenía que hacer no sé que por aquí, y, quedamos a conocernos y pasar el fin de semana juntas.
Si llega a ser Candela la que queda con ella (que, recordemos, aún no existía), le hubiera pedido foto. Yo, inexperta e inocente, esperaba algo parecido a Natalie Portman. Bueno, me hubiera conformado con bastante menos. En cualquier caso, no lo que encontré.
Era de noche, habíamos quedado en que yo la recogiera en estadio Ruiz de Lopera (el del Betis), que es grande, está muy visible, y bastante sencillo de quedar para alguien de fuera.
Andaba yo con mi coche circundando el estadio. Me pareció ver un chico esperando al lado del estadio. Bueno, era viernes noche, no es extraño que un chico estuviera esperando al lado del estadio. Lo extraño es que no hubiera nadie más. O sea, a ver, si contamos con las manos, he quedado con una persona, sólo hay una persona… va a ser que es mi cita. Noooooooo.
Como, tanto Candela, que aún no había nacido, como mi yo de entonces, somos muy elegantes, aunque se nos ocurrió la idea de irnos a ver la tele, estudiarnos una oposición, o apuntarnos a una secta machacona, nos decidimos por salir del armario, literal, y decirlo “soy yo”, y pensarlo “y quién me manda ser yo con lo tranquila que estaría siendo otra”.
No, no era un chico. Candela os podría decir que es uno de los prototipos de les, que un día me detendré a explicaros. Pues sí, es el llamado “chico”. A saber: vaqueros, zapatillas de deporte, pelo corto, aunque, lo que más les identifica es lo que no tienen: pendientes o cualquier tipo de accesorio, maquillaje o cualquier tipo de pintura, incluidas cremas o perfumes, y por supuesto curvas, ninguna, llámese curvas a eso que tienen las mujeres a la altura de la cadera, en el lugar del pecho (qué pecho?), y por la parte de atrás (qué culo?).
Pasamos un fin de semana entretenido, extraño. Y asexuado, por supuesto. Aunque no era esa su intención. Una de las pocas veces en la vida que le vi todo el sentido a la sublimación de los instintos sexuales. Los de ella, claro.
Lo que aún no consigo explicarme es, cómo, a pesar de aquello, nació Candela.Sigue leyendo