La verdad es que sigo entrenado con mis compañeros kendokas de Gijón todos los Lunes y los Jueves, y hasta hace unos día lo hacía con vestimenta “profana”, o sea como dios me daba a entender, desde el uso de los pantalones afganos a pantalones de pirata surferos. :-)Pero en estos días ha llegado la equipación tras muchas vueltas y comprobaciones y alguna devolución a mi amigo Rogelio de Budo no mise. pues la equipación para tallas de 160 que es lo que yo mido me quedaba más bien raquítica. Al final el Kaikogi y la Hakamaa, o sea la chaqueta y la falda pantalón de los Kensheis ya forman parte de mi nueva indumentaria. Ahora ver como se plega y se conservan tantas tablilla como trae la Hakana.Por otro lado tras andar estos día como un pato mareado con una cañavera (shinai) en la mano, sin mucha coordinación y con los pasos básicos a medio aprender… pero eso sí con toda una nueva pasión por el Kendo y su filosofía no tanto la medievalista, sino la del respeto, la de la Obediencia y la fraternal relación entre la espada, sin olvidar las katas y el complejo mundo ritual del Kendo, que de forma lejana me recuerdan mucho a los trabajos rituales en mis logias y Capítulos
La verdad es que sigo entrenado con mis compañeros kendokas de Gijón todos los Lunes y los Jueves, y hasta hace unos día lo hacía con vestimenta “profana”, o sea como dios me daba a entender, desde el uso de los pantalones afganos a pantalones de pirata surferos. :-)Pero en estos días ha llegado la equipación tras muchas vueltas y comprobaciones y alguna devolución a mi amigo Rogelio de Budo no mise. pues la equipación para tallas de 160 que es lo que yo mido me quedaba más bien raquítica. Al final el Kaikogi y la Hakamaa, o sea la chaqueta y la falda pantalón de los Kensheis ya forman parte de mi nueva indumentaria. Ahora ver como se plega y se conservan tantas tablilla como trae la Hakana.Por otro lado tras andar estos día como un pato mareado con una cañavera (shinai) en la mano, sin mucha coordinación y con los pasos básicos a medio aprender… pero eso sí con toda una nueva pasión por el Kendo y su filosofía no tanto la medievalista, sino la del respeto, la de la Obediencia y la fraternal relación entre la espada, sin olvidar las katas y el complejo mundo ritual del Kendo, que de forma lejana me recuerdan mucho a los trabajos rituales en mis logias y Capítulos