Como bien sabéis, tengo tatuajes en varios puntos de mi cuerpo, y si antes ya me resultaba incómodo que me diera el sol, no os podéis imaginar ahora. Venero la piel de Morticia Adams y no me veo nada atractiva si estoy bronceada. Por otro lado, valoro mucho mis tatuajes, y puesto que es un vicio caro, no quiero ver como el sol los va estropeando con el tiempo.
Soy un bicho raro. Es lo que estáis pensando, ¿no?
En primavera, cuando comencé a llevar las primeras camisetas con escote, tuve que hacer mi primera compra de crema solar. Adquirí la típica de marca azul de FPS 50, y fue un gran error. Sensación pegajosa que no desaparece hasta horas después, piel blanquecina todo el tiempo. Muy desagradable.
Había leído buenas críticas de Hawaiian Tropic y quise probarla. Fui en busca del FPS 50, pero en las tiendas más cercanas sólo pude encontrar el de 30. Aún así, me animé y gracias a eso, creo que hice la mejor compra del verano.
Es una crema súper hidratante, que no deja sensación pegajosa, que se absorbe rapidísimo y además, protege del sol (a la vista está que no me he quemado). Doy gracias a los astros por haberla encontrado, y aunque esto no es un post patrocinado ni mucho menos, os la recomiendo infinitamente.
Una persona como yo, que se unta en crema solar antes de salir a la calle, necesitaba un producto como este, y por fin, ¡por fin!, está en mi vida. Además, con ese nombre, ¿cómo me iba a resistir? Siempre que cojo el bote, ¡recuerdo mis días en Hawaii!
Aloha amigos!