Mi pueblo

Publicado el 07 junio 2020 por Laesfera
Yo fui uno de aquellos jóvenes que tuvo la necesidad de emigrar a otro país en busca de trabajo. Anteriormente había viajado al extranjero en varias ocasiones para disfrutar de las vacaciones o para conocer otras culturas. Pero en aquel viaje como emigrante pude comprobar la diferencia entre ellos. Viajaba solo, acompañado de un pellizco en las tripas fruto de la incertidumbre y la inseguridad. Solo llevaba una pequeña maleta con ropa, la dirección casi impronunciable de una ciudad alemana y mi flamante título de carrera que de tan poco me había servido en mi país.
Habían pasado seis años de aquel viaje y el balance que podía hacer era bueno. Con un poco de suerte y con mi esfuerzo logré pronto un trabajo y algún ascenso en el tercer año. Podía vivir con desahogo gracias a un sueldo más que digno y había llegado el momento de regresar a mi tierra.
Me encontraba en la litera de un tren cuando me desperté de noche y ya no pude volver a reanudar el sueño. La cercanía de mi destino me producía todo tipo de emociones y sensaciones nuevas que se mezclaban con los recuerdos de mis vivencias junto a familiares y amigos. Me acerqué a la ventanilla y con la luz incierta del amanecer distinguí la silueta de unas casas blancas en un alto. La imagen velada por las lágrimas fue inconfundible para mí. Era mi pueblo.

Texto: Javier Velasco Eguizábal