Como ya he comentado, no es la primera vez que lo hago, de hecho, con todas las fotocopias del DNI que he entregado en las oficinas de esa magna institución se podrían empapelar las siete nuevas salas de pintura flamenca del Museo del Prado. Yo mismo he deforestado más superficie de bosques que Bolsonaro desde que asumió la presidencia de Brasil.
Mientras Matías Prats hijo nos informa en el telediario de que ya ha llegado la telefonía 5G, de que Barcelona acoge el Mobile World Congress, y de que España es el décimo país que mejor desarrolla su tecnología de "clouding", los ciudadanos de a pie tenemos que seguir entregando la consabida fotocopia del DNI para nuestros procedimientos rutinarios. En la era de la domótica, la de los robots que nos abren la bragueta y hacen operaciones quirúrgicas, la de los aparatitos que te piden una pizza o encargan una cena con flores para el aniversario de tus padres, aún es necesario entregar una fotocopia compulsada de cualquier documento que presentes a la Administración, con su sello oficial y a poder ser firmada con un bolígrafo BIC cristal azul cielo.
No importa que desde hace 13 años, y tal como aparece publicado en Real Decreto 522/2006, de 28 de abril, publicado en el BOE núm. 110, de 9 de mayo de 2006, se haya suprimido la necesidad de "aportación de fotocopias de documentos de identidad en los procedimientos administrativos de la Administración General del Estado y de sus organismos públicos vinculados o dependientes", o entregas esas fotocopias o no te permiten presentar la solicitud. Se ve que el encargado de redactar las convocatorias de plazas, subvenciones y demás trámites, sigue haciendo uso del consabido "corta y pega" y continúa publicando en ese mismo BOE o en los respectivos Boletines oficiales autonómicos, la retahíla infernal de palabrería vacía que bien podría resumirse en un par de párrafos y en la que sigue figurando la imprescindible presentación de la fotocopia del DNI.
Menos mal que desde hace unos años muchos de esos trámites los podemos hacer telemáticamente. Eso sí, siempre que tu navegador sea compatible con la última versión de Java, pero no la Versión 8 Update 211, que esa es demasiado nueva, y siempre que no sea Firefox, porque se cuelga. En ese caso, si todo va bien, si tu ordenador no tiene un cortafuegos demasiado estricto, no han pasado más de 30 segundos desde el último clic, no te has olvidado de guardar la información cada 2 minutos y por supuesto, siempre que tu ordenador no sea un Mac, porque en ese caso despertarás la ira de Satán, habrás completado la solicitud y por fin podrás respirar tranquilo. Ya solo tendrás que imprimir una copia del pdf del resguardo, firmarlo electrónicamente, si es que no te ha caducado el certificado digital y acercarte a un registro, con una fotocopia del DNI, para que te lo sellen.
Mientras preparo la documentación para presentar por enésima vez los mismos papelotes, veo en el telediario las terribles imágenes de un pavoroso incendio en un bloque de apartamentos. Veo a gente desconsolada llorando porque las llamas han devorado las fotografías de la comunión del niño o la carta que el abuelo envió desde Cuba hace casi 100 años. Entonces me agarro con fuerza a la raída carpeta que contiene todos los documentos originales que certifican mi vida y suplico que no caiga sobre mí esa desgracia.
Nota: Estoy contribuyendo a la creación de empleo en la tienda de fotocopias cuando me llega un email de la Administración en el que me piden que no lo imprima y que piense en el medio ambiente. Voy inmediatamente al registro a meter una copia compulsada del DNI para darles las gracias.