No se detuvo nunca y al norte siempre miró
aunque muchas noches si nada el la panza pasó,
pero eran buenos tiempos recalcaba el ruiseñor
aprendiendo a darle valor a las cosas, no como en los días de hoy.
De sonrisa afable y muy amable asi recuerdo a mi viejo,
sabio y humilde como ha de esperarse
basta con rodearse con sus amigos allá en el pueblo
ellos son el mejor testigo de las palabras que les confieso
»su papá ayudó a muchos» así muchas personas buenas me lo dijeron.
Papá se le pasó la vida en las carreteras recuerdo
me dijo hijo»el Paguey era solo selva y tierra» ahora es asfalto y corazas de hierro
los entendidos sabrán a lo que me refiero,
caminando entre malezas pasando hambre
y sin medio en la cartera, pero el sueño era grande valió la pena tanta espera.
Papá no fue profesional y tampoco ostentaba un título de universidad,
pero salía diariamente con al alba a trabajar 5 de la mañana
con el guayoyo recién preparado y arepa con labán para variar.
Hablaba machacado el español típico de los musiú,
sus números eran toda atracción una combinación entre el árabe y el español,
de honestidad intachable y una rectitud de la que no dudaba nadie
son los detalles que hoy llenan de orgullo
al que escribe con dedicación estás letras y qué pienso acá dejarte.
Papá no usaba traje ni corbata,lo recuerdo de guayabera manga corta
y pantalón de sastre caqui con su rayas bien puestas,
zapatos negros de corte bajo por su espalda maltrecha.
Era un buen tipo mi viejo algo seco se lo atribuyóporque fue huérfano cuándo perdió a su mamá
un par de años tendría al acontecer ese lamentable hecho.
Desde niño trabajó,cargando sacos en la espalda como me lo repitió,
supongo son palabras que al oído le dolió retumbando en el poeta y su corazón.