Casi tan prolífico como Woody Allen (nada menos que quince títulos —largometrajes—como director, en doce años de carrera), y casi tan diverso y disperso como Michael Winterbottom (capaz de firmar tanto un noir bajo formato de comedia musical —“8 mujeres”— como un drama con suspense criminal —“Swimming pool”—), si hay algo de lo que cabe poca duda es de que nuestro hombre, François Ozon, goza de una fuerte personalidad (al menos, en materia cinematográfica); tanta como para atreverse con producciones de un nivel de riesgo poco usual en la cinematografía comercial más habitual, como es el caso de la última estrenada en nuestro país (“Ricky”, una comedia protagonizada por un bebé volador; casi nada...). La película que ahora llega a las pantallas de nuestros cines, “Mi refugio”, fue presentada en la pasada edición del Festival de San Sebastián y, pese a haber obtenido el premio especial del jurado, ha tenido que esperar casi un año a su estreno —así pintan las cosas para el cine europeo...—; resta por ver si la misma nos ofrecerá las trazas del mejor Ozon o decepcionará a cuantos, hasta ahora, hemos seguido con interés su irregular carrera.
Se presenta “Mi refugio”, en cuanto a su planteamiento argumental, como un drama de alta intensidad, en el que se conjugan una serie de elementos concurrentes en sus personajes protagonistas (alta posición social, drogadicción, muerte, embarazo) de entidad (y, por llamarlo de alguna manera, “escabrosidad”) más que suficiente para, sobre ellos, armar un sólido entramado narrativo. Si a eso se añade, más allá de la mejor o peor mano personal del director para tratarlos, la habitual querencia del cine francés por desarrollos fílmicos que se mueven en tales territorios, deberíamos contar, a priori, con una propuesta solvente. Pero eso es algo a contrastar. También es cuestión a descubrir la del desempeño de sus dos jóvenes intérpretes principales, Isabelle Carré y Louis Ronan Choisy, guapos y atractivos, pero carentes de antecedentes (al menos, conocidos en nuestro país) que nos permitan formular una apuesta sobre ellos. En suma, estamos ante una propuesta sobre la que pesan más las expectativas que los referentes, de forma que, ante la misma, la alternativa más sensata es la de su verificación “sobre el terreno”; ojalá que sea la mejor versión de su controvertido autor la que podamos disfrutar con esta su penúltima cinta.
PRONÓSTICO: Me gustaría...