Mi reloj no entiende del tiempo, pero sabe de actualidad y sabe de sucesos, sabe que un partido no dura 90 minutos y sabe que la muerte es rápida y los entierros eternos.
Mi reloj no marca las horas, marca acontecimientos. A las 12 un pleno, a las 10 en el ayuntamiento, y si cuadra entremedias un café para parar el tiempo.
Mi reloj no sabe del tiempo y aún así sabe que siempre debe llegar el primero.