Mi Revenge contra Gossip Girl

Por Lor Martín

Posiblemente tenga algo que ver que una lleva ya cinco temporadas y la otra acaba de terminar la primera. Quizás esté inconscientemente cansada de algunas caras y deseosa de ver otras… pero ¡MENUDA diferencia entre el último capítulo de la temporada de Gossip Girl y la de Revenge!

Aún recuerdo cuando empecé a ver a la cotilla de turno y me acostaba pensando: “Menuda mierda de vida tengo… Mira qué vestidos, qué tacones, qué abrigos… y ahora mira mis vaqueros desgastados, mis zapatillas planas, mis chaquetas repetidas en millones de colores“… Entre las fiestas exclusivas, los cócteles divinos y los peinados perfectos me tenían verde de envidia día sí, día también. Sin embargo, poco a poco aprendí que ser Serena Van Der Woodsen no tiene que ser tan guay, y que mi metro-cincuenta-y-seis no tiene nada que envidiarle a su metro-cincuenta-y-seis solo de piernas.

Lo que no conseguía controlar era mi deseo irrefrenable por Chuck Bass y su mirada de “ven-pa’ca’que-te-lo-quito-to’“. Pero se ve que no era la única cuyo amor incondicional empezaba a dar miedo y los guionistas quisieron echarnos una mano. Le pusieron ojos de chino estreñido, voz de gangster vacilón y pañuelos de la abuela de Louise Vuitton, y con esto, todo arreglado!

Sin embargo, el personaje más irrisorio, absurdo, memo e inútil de toda la serie (por encima de la emo-hermana de Dan) es, sin duda, su señor padre. Rufus. Que ya el nombre lo dice todo. Un señor rockero y pasional que acaba llevándole el abrigo de bisón a una señorona del Upper East Side. Un alma libre que cambia su chaqueta roñosa y rockera por jerséis de punto y cuello vuelto. Sin palabras.

Y bueno, todo esto venía a que ayer bostecé con el último capítulo de Gossip Girl y esta tarde me ha entrado hipo nervioso viendo el de Revenge. Así, tal cual.

He de confesar también que cuando empecé a ver esta serie no podía dejar de ver a Emily como la novieta de Justin, el pequeño y problemático yonkie de Cinco Hermanos. Así que los primeros capítulos fueron bastante raros intentando centrarme en lo que veía por la pantalla en lugar de lo que recordaba mi mente.

Pero Revenge pronto captó toda mi atención… La trama, las miraditas mafiosas de Emily/Amanda, el dulzón de Jack y por supuesto, mi amado freak Nolan… (los que me conocen saben que soy de amores terriblemente curiosos. Y Nolan no podía ser menos)

Hay que decir que una serie basada en la venganza al más puro estilo El Conde de Montecristo era algo que mi mente necesitaba. Y diréis… pues qué chorrada. Pues sí, pero lo necesitaba. Tanto Upper East Side y Central Park me tenían el coco parado… y esta serie es capaz de asustarme, alegrarme, hacerme reír y llorar (ooh, poor Sammy!)

Así que nada, ahora a esperar que el verano inspire potencialmente a los guionistas y sepan dar la segunda temporada que al menos yo espero!

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PD: Que Dan se corte el pelo YA!