Mi ruta palmera soñada

Por Mundoturistico

*Este post es un relato escrito para un concurso llevado a cabo por el Patronato de Turismo de La Palma. Bajo el nombre de ‘Escucha La Palma‘, se insta a los viajeros a que cuenten qué les evoca un mapa de sonidos de la isla. Diferentes notas de audio sobre diferentes lugares. Me he sentido libre para escribir sobre viajes, naturaleza y todo aquello, viajado o por viajar, que me inspiraban los sonidos de la web. ¿Os apetece leerlo? Aquí os presento el relato de ‘Mi ruta palmera soñada’.

Parte 1: Viajar

Escucho los pasos de una persona, animales y el sonido ambiente e imagino que estoy en un entorno rural. Al menos no en Madrid. Aquí no dejan los coches de pasar, con sus bocinas, la gente alerta y las prisas. La ciudad está viva. Pero me gustan las elipsis a la locura de la ciudad. Es como volver a mi casa, en Asturias, y escuchar el sonido de los pájaros al levantarme o escuchar la lluvia golpeando fuertemente en el techo de casa. Viajo a mi pueblo, La Palma o a tantos otros lugares donde he estado o estaré. Porque necesitamos las interrupciones; los parones; la desconexión. Eso es viajar, al fin y al cabo.

Parte 2: La isla

Tengo un mapa de sonidos. Es una isla. Al Noroeste siento la brisa tranquila de la naturaleza; los animales, la vida rural. A la misma altura, dirección Este, disfruto del mar y las playas; e imagino un atardecer imposible. La parte central es pura montaña; abrupta; la siento imponente. Camino en mi mente por el Parque Natural de Las Nieves y escucho mis pisadas. Ellas, la naturaleza y yo. Sigo al este, a la capital del territorio, Santa Cruz de La Palma, y vuelvo a la gente; los bares; el ajetreo. Más al sur sigo respirando aire puro. En esta isla la naturaleza parece infinita.

Parte 3: El mar

Y busco el mar, premeditadamente, para pasear y ser consciente del momento. El mar es el lugar donde todo se calma, el norte; el mar es horizonte. Hace tiempo, cada vez que subía a Asturias a ver a mi gente buscaba un día para ir a Gijón y caminar por su paseo marítimo. Lo hacía porque necesitaba sentirme reconciliada con la tierra. En una etapa anterior había vivido tan rápido que no me había parado a pensar en lo que me rodeaba. Y el mar es seguramente lo más bello y llamativo de lo que la naturaleza nos ofrece.

Parte 4: Volver

El viaje también es vuelta; es nostalgia; es fe. A veces recuerdas y viajas a aquella ciudad que pisaste hace ya largo tiempo pero que sigue resultándote tan bonita; tan llena de ambiente; tan evocadora. Viajaste a un momento, una conversación y un gesto, tan vívidos como cuando los llevaste a cabo. Viajaste al leer y al ver cine; al escuchar música. Y viajaste con la imaginación a todos aquellos mundos que no conocerás, creyendo que merece la pena aunque sea solo imaginar.

Vuelvo a Madrid; al ruido y al dulce caos de esta ciudad. Vuelvo, seguramente, para volver a irme otra vez.