Mi "Ruta Palmera Soñada"

Por Constanza @lamaletadecon

La sinfonía de nuestra vida tiene que sonar indiscutiblemente a agua. Y por eso cuando mi pareja y yo nos decidimos a buscar un lugar donde instalar nuestra alegría, nuestro espacio natural, que sirviera a la vez de hábitat y modo de vida, lo buscamos en la Isla de la Palma.
Sabíamos ya de sus lindezas, no en vano está bautizada como Isla Bonita, pero en plena búsqueda de ese lugar donde echar raíces, donde desarrollar nuestro proyecto de vida y trabajo, en modo de un Hotel Natural, tropezamos con  el EscuchaLaPalma , un mapa sonoro de esta isla canaria, que se inventó el Patronato de la Oficina de Turismo para desafiar a unos blogueros. En en base a estos paisajes sonoros, nos decidimos a explorar este trozo de tierra en medio del océano Atlántico, que no solamente suena a agua sino a naturaleza pura.

Caldera de Taburiente. Foto de Celestino González cedida amablemente por el Patronato de Turismo de La Palma


¿Qué mejor territorio para nuestro proyecto vital ?; porque un Hotel Natural no solamente debe hallarse en un espacio paradisíaco, sino que además debe estar rodeado de todos los elementos esenciales: agua, tierra, fuego y aire. Así nuestro Hotel no sólo ofrecería un entorno inigualable, sino que las actividades de sanacion y vuelta a la esencia , tendrían  la naturaleza al alcance de la mano.
Pero en nuestro recorrido, en nuestra búsqueda de “el lugar” donde instalar nuestro edén personal, íbamos a basar el itinerario solamente en base a los sonidos del agua. En nuestra casa , en nuestro hotel, era indispensable la música sanadora del agua.
Por lo tanto, decidimos llegar por el agua a la isla de La Palma, y como forma parte de la provincia de Tenerife, la red fluvial es constante. Llegamos a la capital, a Santa Cruz de la Palma, una ciudad con todo el sabor tinerfeño y que de todas formas recoge esa melancolía de ser reposo de navegantes, y esa impronta maravillosa de ser y no ser  latinoamérica.
Antes de meternos de lleno en la ruta sonora de #escuchaLaPalma siguiendo los sonidos del agua, decidimos dirigir rumbo al norte, ya que nos habían hablado de las piscinas naturales de la Fajana, muy cerca de Barlovento. Nuestro medio de transporte preferido es siempre el coche, ya que nos permite detenernos cuando algo atrapa nuestro interés, y preferimos alquilar un 4x4 dadas las características de algunos terrenos a los que íbamos a llegar.
Apenas sales de las ciudades o de cualquier núcleo poblacional en La Palma la naturaleza te invade por los cuatro costados. Para mí , que vivo buscando el mar,es indispensable verlo, sentirlo , olerlo. En una isla pequeña como ésta, es raro pasar un día de tu vida sin sentir la profundidad oceánica, sin ver su azul, sin oler su brisa.
El verde te rodea a ambos costados de la LP-1, luego de recorrer 30 kms llegas a Barlovento, una localidad sencilla, con nombre de viento, y cerquísimo de uno de los lugares espectáculo de esta isla. Preguntamos cómo llegar a La Fajana, porque siempre que viajo de esta forma evito los medios digitales para ubicarme. Nada mejor para conocer a un pueblo que pedir ayuda para llegar a un sitio. Sólo por el hecho de escucharlos hablar, de sentir cómo se modulan las palabras, valen la pena las preguntas en cualquier rincón de las Canarias.
Enseguida encontramos el camino, y como siempre, verde a todos los costados. Ver Las piscinas era importantísimo para nuestro proyecto , ya que tenerlas cerca podía ser una prolongación de nuestro Hotel : todas las terapias de nuestro alojamiento se realizarían en el agua, con el agua, y escuchando agua.

Piscinas de La Fajana. Foto de Saúl Santos gentilmente cedidas por el Patronato de Turismo de La Palma


El lugar nos gustó mucho sobre todo por su contraste abrupto entre montaña y mar. Bajas bajas bajas, y de golpe ,allí están ellas , invitando a darte un bañito. También nos llamó la atención la existencia del Faro , cerca, y desde entonces esta conjunción Faro/Hotel comenzó a ser una notable fantasía.

Faro de Barlovento. Foto de Saúl Santos gentilmente cedidas por el Patronato de Turismo de La Palma para este concurso


Nuestro siguiente destino para configurar nuestra ruta soñada del agua, iba inspirado por el sonido de #EscuchaLaPalma en la Sierra de las Nieves.

Su descomunal estruendo nos atrajo, y como dos personas sedientas, nos dirigimos a encontrar ese caudal tan intenso como generoso que nos despertó tanta inquietud.

Al aproximarnos a la zona , tuvimos la intuición de que ese Sound Truck estaba inspirado en las Nacientes de Marcos y Cordero, una espectacular fuente de agua natural a más de 1000 metros de altura, que a finales del siglo XV comenzó a canalizarse por una arquitecto catalán llamado Marcos de Montserrat y su ayudante Cordero, hasta seguir siendo hoy día la fuente fluvial abastecedora de Los Sauces, localidad a la que pertenece.

Foto de Mauxi Leal, de Turiscurioseando , gentilmente cedida para este concurso.


Este recorrido resultó ser para mí uno de los más espectaculares alusivos al agua. Subes a 1300 metros de altura para comenzar el trayecto que harás acompañado todo el tiempo del sonido del agua . El tal Marcos  y el tal Cordero, tuvieron el ingenio de canalizar el agua al borde del camino, como si fuera una tubería a cielo abierto. No sabían entonces que ese sonido, sería la música que acompañaría a tantos y tantos senderistas en busca de vivencias naturales.

 La búsqueda hacia las nacientes es curiosa, durante una hora y media, has de pasar 13 túneles húmedos y oscuros, que son un interesante contraste con el verde exterior.

Foto de Maxi Leal de Turiscurioseando , gentilmente cedida para este concurso

Foto del Blog Turiscurioseando gentilmente cedida para este concurso


El túnel 12 es el más divertido, y es donde tienes la vivencia del agua más completa. Hay mucha gente que lleva chubasqueros, pero nosotros preferimos mojarnos por completo. Somos dos buscadores sedientos de agua, los huéspedes de nuestro espacio tendrían aquí un excelente día de terapia natural. Este túnel es un momento ideal para detenerse, para estar en silencio, para sentir una llovizna sutil y suave que terminará empapándote, porque a partir de ahí, el rugir del agua será brutal. Llegamos por fin a las nacientes, donde el agua baja con la fuerza de una pequeña catarata. Sabían lo que hacían en #escuchaLaPalma cuando registraron ésta música del agua.

Nos queda el túnel 13, luego del cual se llega a la naciente de Cordero, menos espectacular que la anterior, pero que nos permite por momentos colarnos entre el agua. A partir de aquí comienza el descenso por un bosque de Laurisilva, que nos sigue haciendo tener muy presente de por qué esta isla es Reserva de la Biosfera.
El segundo día de nuestra ruta palmera soñada nos llevó al siguiente hito sonoro del agua en otro de los lugares insoslayable de la isla: La Caldera de Taburiente. Es Parque Nacional desde 1954 con su consabida protección, y aquí nos topamos con el dramatismo volcánico de la isla. Otra característica que la hace vibrante, enérgica y, por qué no, amenazante.
Este inmenso lugar nos permite disfrutar esa conjunción de los 4 elementos, pero sobre todo del juego de opuestos agua/fuego. Era nuestro primer acercamiento a su condición eruptiva, a la brutal sensación de estar en ebullición en medio del océano. Buscábamos la banda sonora de este lugar:
Porque a primera vista lo que destaca es ese hoyo circular que nos habla de su caldera, de la lava que cada tanto explota o se congela en forma de roca basáltica. Pero nosotros buscábamos el agua, y el agua comienza a ser omnipresente a lo largo del recorrido, a modo de carprichosas cascadas, o saltando entre las piedras. En definitiva, otro de los espectáculos sonoros de la Isla de La Palma.FOTO
A partir de aquí, mi pareja y yo, necesitábamos desesperadamente volver al mar. En definitiva, estamos en una isla,y como he dicho antes, para mí no hay paraíso sin la dimensión oceánica del agua. Nuestro hotel, ese nuestro hábitat natural, tenía que mirar al mar.
Nos fuimos a la costa oeste ya que nos habían contado que tiene un clima privilegiado con respecto al área oriental. Disputan entre ambas ver amanecer o anochecer, ver Tenerife o la inmensidad, mirar a África o al mundo nuevo.
Casi todos los seres que buscan días más largos y mayor fuerza solar se encaran hacia el oeste, y fuimos bajando poco a poco por la costa, con el gran impacto para alguien continental de ver playas de arena negra. Lo sabíamos ya, evidentemente. Pero es desde luego una de las vivencias más fuertes que te brindan las playas de la Isla de la Palma,ese territorio donde se encuentran los gigantes: el océano y el volcán.
Mientras la carretera nos lo permitía íbamos bordeando la costa, ya que nuestra meta final eran los dos últimos paisajes sonoros que nos proponía www.visitlapalma.com en el ángulo extremo sur de la isla. Seguían siendo tentadores a nuestro proyecto, seguían sonando a agua:
bANDA
Pero tuvimos una distracción en el camino, un nombre tan sugerente como el de Fuencaliente,y que después lo supimos, habría de ser definitivo. El dramatismo volcánico dota a la zona de un afán de lucha frente a los golpes de la naturaleza. Aquí suceden milagros, aquí se comenzó por plantar cara al suelo de lava y convertir la aridez y la negrura en viñedos de malvasía. Nada menos. Y otra vez vuelvo a la riqueza de los nombres, a esa malvasía de vino dulce y que pone a la isla de La Palma en el mapa de los vinos elitistas.
Esta característica me va dando la pauta que me voy acercando al lugar en donde quiero estar, a un lugar que turisticamente tiene tanto que ofrecer. Visitar viñedos, hacer la ruta de las bodegas, y combinar estos vinos con una gastronomía que habla de papas negras, gofio, peta setas, plátanos, lapas, millos.
Seguimos bajando rumbo al extremo sur y hubo un momento en que tuvimos que detenernos. El impacto visual del Faro de Fuencaliente con las salinas a un costado es tan extraordinario, que mi compañero y yo nos miramos, y sin decirnos nada sabíamos que habíamos dado con “el lugar” donde plantar nuestro hábitat .
Hay más milagros en este ángulo sur de la isla de la Palma que habla de la inaudita fuerza de su naturaleza. En la última erupción del Teneguía en l971, la lava que corría en busca del mar, llegó a detnerse a las puertas de las salinas, como si un dios protector hubiera querido que no se desintegrara todo. Llego al último paisaje sonoro,
BANDA SALINAS.y me encuentro en uno de los espacios maravillosos que jamás hayamos visto: las salinas de Fuencaliente. Fenómeno natural ayudado del tesón humano que aprovecha la naturaleza que por evaporación convierte el agua en sal. Son palas las que suenan en el SoundTruck del sur de la isla, palas que rompen las capas salinas, porque aquí no hay máquinas, hay naturaleza y hombres.
Aquí suceden los atardeceres más bellos de la isla. Imaginar los montículos blancos con los tonos rojizos de la caída del sol.
No bastó más que mirarnos a mi compañero y a mí, sabíamos que nos estabámos aproximando al lugar de nuestros sueños, pero para completarlo faltaba el Faro, el Faro de Fuencaliente, la guinda que corona un contexto y un paisaje que tiene todos los condimentos de lo que hoy llamamos turismo de experiencias. Os imaginaís un Hotel Natural, en un Faro al sur de la isla de La Palma, con vista a las salinas, y con tratamientos en la Fuente Santa?
¿Hace falta que os diga más?