La dictadura ha intentado esconder mi voz por dos años consecutivos. Pienso que ha fallado.
El pasado 28 de febrero he cumplido veinticuatro meses encarcelado, y puedo asegurar, sin creer que he logrado nada, que el castigo no ha servido para el propósito del régimen totalitario.
Me han hecho horrores, y quiero pensar que a cada uno les he salido airoso. Si mal no recuerdo, pude verles en sus ojos el miedo por lo que hacían y la admiración por mi postura vertical a no querer vivir en silencio bajo sus botas.
Nunca les he preguntado cuándo me liberarán, pues creo que otros presos políticos tienen ese derecho primero que yo. Por supuesto, tampoco he asistido a los “beneficios de rebaja”, donde los años los calculan por diez meses cuando valoran positivo el comportamiento del recluso.
El año pasado pedí a mi familia un cake de felicitación por el primer aniversario. Este año, como corresponde, han intensificado mi aislamiento en su constante intento fallido de lograrlo.
Quiero compartir con todos los que aman la libertad de expresión, como principio inviolable de todo intelectual y de la sociedad en general, este segundo año en prisión, honor que me han regalado los déspotas en el poder.
Gracias y abrazos a los que me comprenden y apoyan.
Ángel Santiesteban-Prats
Prisión Unidad de Guardafronteras. La Habana. Marzo de 2015.