My week with Marilyn (2011), dirigida por Simon Curtis y basada principalmente en el libro "El Príncipe, La Corista y Yo" de Colin Clark, quien es al mismo tiempo el co-protagonista de la cinta, es de las películas que tardíamente nos llegan y que estuvo nominada a mejor actriz y mejor actor de reparto en la pasada edición de los Oscares. Finalmente ha llegado a las salas de México y a pesar de la tecnología que nos inunda en estas épocas donde ver una película aun no estrenada es pan de todos los días, ir al cine siempre será especial, ya sea por el olor a palomitas, la pantalla con sonido y simplemente el disfrute de una película tal y como fue concebida.
Michelle Williams nos entrega una actuación simple y sencillamente magistral. Y me atrevo a decir que el oscar que le dieron a Meryl Streep solo fue porque la academia no podía ya negarle una segunda estatuilla ante su brillante carrera. Pero acá, Williams, a pesar de no tener mucho parecido físicamente con uno de los primeros sex symbols que existieron en Hollywood, la personalidad y la interpretación que nos regala es simplemente sublime, sencilla, como dicen que debía de ser Marilyn: con su simple presencia opaca a los demás, sin importar si se trata del mismísimo Kenneth Branagh, quien interpreta a ser Lawrence Olivier. Menos mal la reconocieron con un Globo de Oro.
Y por cierto, también es válido cuestionar la figura de la famosa actriz/cantante. ¿De verdad era lo que ella quería?¿De verdad era así o es solo una figura exaltada por los ojos del amor y la admiración? Saque cada quién sus conclusiones.
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