Hace unos días el autor contactó conmigo y me ofreció poder leer su primera novela y después reseñarla en el blog. Acepté encantada su propuesta ya que me parecía una lectura ideal para poner punto final a un verano que ya está dando sus últimos coletazos.
Un empleado de banca, un sacerdote, una multinacional y un extraño apuñalamiento, son los ingredientes básicos para comenzar un relato que está siendo trepidante. Os dejo con el comienzo del libro aunque en la página personal del autor podéis leer los cinco primeros capítulos y después comprar en Amazon ( por menos de dos euros) la novela.
- No se preocupe, doña Engracia. Ya me encargo yo y estoy al tanto. No se preocupe, insisto. Ya le llamo yo con lo que encuentre. ¿De acuerdo? Graciaaas. Un saludo. Adiós. Andrés colgó el aparato con un largo suspiro, aunque antes tuvo el cuidado de mirar de reojo para comprobar que nadie le estaba observando. No daba buena imagen la cara de fastidio en un empleado después de hablar por teléfono con los clientes. Eran normas de la casa. Todo en una oficina de banco debe contribuir a convencer a quien entra de que el fruto de sus esfuerzos estará allí más seguro que en cualquier otro lugar. El decorado, la iluminación y hasta la vestimenta y el trato de los trabajadores buscan conseguir que el usuario acepte entregar a otras personas, en ocasiones completos extraños, los secretos más íntimos de su corazón, aquellos que tienen que ver con su dinero.
A partir de aquí se desarrolla una trama inquietante. Todo empieza porque doña Engracia llama por teléfono a Andrés para preguntar por qué desaparece el dinero de su cuenta corriente. El visionado de las cámaras de seguridad será determinante para lo que viene después.
¿Lo habéis leído ya?