El Diablo alguna vez me dijo que las luces de aquella esquina desolada era mi maldito y marchitado corazón,por segundos no había logrado entender aquellas palabras tan bruscas y dolientes hasta que divise una pequeña cajita de recuerdos a lo lejos,firmemente cruce mis pasos hacia ella hasta sostenerla con mis engorrosos dedos para entonces allí tocar nada,un vacío encontré y supe que tenía razón ese misterioso señor,de reojo lo vi con su sonrisa encantadora que tanto me hacía humedecer,no obstante,corrí con el rostro hinchado en lágrimas hasta caer de rodillas en aquel arrollo. Triste y sucia no tuve otra opción que aceptar su ayuda,elevó mi rostro despavorido y lo acarició como si fuera lo más hermoso de esta trillada noche,me levanto brusca pero a la vez suavemente que sentí un jalón en mi vientre y.... si, era esa sensación de mujer que deseaba ser devorada con toda la furia de ese majestuoso animal,acercó mi rostro y me susurró que el tenía razón y era el dueño de mis miedos y soledad;me besó y caí en cuenta que tenía razón pues en ese beso ardiente y fugaz sentí una oleada fría rozar mis crudas rodillas entonces vi que ya no estaba el monstruo y héroe de mis pesadillas si no que estaba sola en aquel rincón.
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