Concretamente, ha llegado a ganar entre 15.000 y 20.000 euros a la semana por presentar dos espacios: “Días de cine” y “Versión española”, y entre 60.000 y 80.000 euros al mes por llevar las entrevistas de Versión española y grabar las entradillas de “Días de cine”.
Muchas personas consideraron esto un agravio comparativo, ya que esta señora se limita a presentar cada semana una de esas infumables películas españolas que, de otra forma, no vería nadie (y supongo que así tampoco las verán muchos, porque no creo que “Versión española” arrase en audiencia) y a llevar antes y después de la proyección una prescindible entrevista con alguna persona vinculada a la película. Vamos, lo mismo que podría hacer cualquier otro de los buenos profesionales que están “haciendo pasillo” en TVE o fueron prejubilados con menos de 55 años hace bastante poco.
Al preguntar los directivos mosqueados del por qué de tan faraónico sueldo en estos tiempos (recordemos que se trata de la televisión pública, que no hay publicidad y que se financia exclusivamente de nuestros impuestos), se les contestó desde las altas esferas, textualmente, que “esta chica era intocable”.
Por supuesto. No es funcionaria, ni pensionista. No tiene una brillante carrera a sus espaldas ni ha aportado nada especial al medio en el que trabaja. Consiguió algunos papeles de cine por su relación sentimental con Garci y, cuando ésta acabó, también acabó su carrera cinematográfica. Por lo menos hasta el momento. Sospechosamente, su único mérito parece ser el de haber formado parte de la “Plataforma de apoyo a Zapatero” que surgió antes de las elecciones generales de 2008. Debe ser que por eso “no se la toca”.