Pero no quiero que despiertes, quiero entrar en tu sueño, quiero ser tu sueño; y mi lengua rodea, con suavidad, tu pubis, y éste comienza a tomar vida, con un movimiento lento, sereno.
Y te vuelvo a inspirar, y tus muslos se abren, y se abren tus ojos; y yo apoyo mi cabeza en tu vientre y me hago el dormido. Y tú, caes en duermevela, y vuelvo al principio. ¿Seré ya tu sueño?, y vuelvo a engañar tus sentidos.
Bajo mi lengua desde el monte de venus y noto tu clítoris encendido, y me agarras del pelo con una mano, me fusionas a tu sexo, con la otra, abres tus labios, y sale de su guarida tu clítoris, buscando mi lengua, mis labios; miro hacia arriba y veo tu cuello arqueado, extendido, tus pechos erguidos.
Cuando mi boca te está dando todo, catárticamente tiemblas, y del fondo del fondo se escapa un suspiro ronco, animal, pleno; mientras tiras de mi pelo, arrancando un mechón. Y te duermes de nuevo ¿estuve en tu sueño?
Texto: Jesús Abreu