A priori me encantó por la portada, pero lo que me enamoró fue la “no sinopsis”. Porque en la contraportada no viene la sinopsis, viene un gráfico que habla acerca del contenido del libro, con sus respectivos porcentajes. Y uno piensa va a ser "lo típico”: chicos, amigas… etc. Y sí, eso también lo tiene. Pero claro, ves el gráfico y lees cosas como “neurona borde”, “Ruby la superperra” o “Zarigüeyas” y desde luego te descoloca.
Lo primero que quiero mencionar por que es algo que creo que hay que destacar y mucho, son las ilustraciones que vienen por capítulo. Y es que siento fascinación/adoración/amor… y un cúmulo de símiles más por los gráficos/dibujos de cada capítulo. Que cobran sentido según se va leyendo el capítulo.
Con respecto a la historia me enganché enseguida. Cada pequeño capítulo era una pequeña dosis de lo que estaba siendo una gran historia. Incluso los capítulos que eran más extensos se me hacían cortos. Y es que es un tipo de historia, que al menos yo, no estaba acostumbrada a leer. Una montaña rusa de sentimientos según vas leyendo el libro. Su protagonista, Sarah, te conduce por su historia haciéndote partícipe de sus teorías a raíz de la muerte de su mejor amiga Jamie. Es la historia de alguien que no consigue superar una pérdida y que en ese trance, ha cambiado completamente activando su neurona borde que reparte a diestro y siniestro. Es el viaje emocional de su protagonista que comienza tras la perdida de Jamie y cómo va evolucionando tanto ella como la gente de su al rededor respecto a ello.
Destaco las numerosas reflexiones que se pueden sacar del libro y todas las citas/menciones a Star Wars (que me encantan).Y por supuesto me ha gustado muchísimo cómo ha ido evolucionando su protagonista a lo largo del libro. Para mi gusto esperaba un poco más, un después de ese final. Pero hay quien dice (y me uno a ello) que hay que disfrutar del viaje no de la meta.
4/5