Mi tío Oswald. Roald Dahl.

Publicado el 14 septiembre 2011 por Matilda @Matildalibros
   Hoy es el día de Roald Dahl, en Inglaterra se celebra la fecha de su cumpleaños con actividades en la fundación y en el museo con su nombre que su viuda creo tras su muerte. Aquí, en España, somos muchos los que admiramos a este gran autor que nos regaló tantos buenos ratos cuando éramos niños y esta mañana hemos empezado una charla virtual por medio de las redes sociales facebook y twitter. Ha sido muy interesante y enriquecedor.   En el blog de literatura infantil, Matilda, está siendo la semana especial de Roald Dahl, ayer hablamos de su vida y hoy hemos comentado uno de sus libros, seguiremos hasta el domingo.  Y aquí, en el blog de literatura de adultos tampoco quería dejar pasar este día así que os traigo la reseña de uno de sus libros para adultos con el que yo me reí, me escandalicé y desde luego, me lo pasé muy bien.  Si Roald Dahl era muy políticamente incorrecto cuando escribía para niños, os podréis hacer una idea de que cuando escribía para adultos lo era aún más. No le tenía miedo a tratar ningún tema y en todos ellos usaba ese humor ácido que le caracterizaba y le hacía tan especial.
  Mi tío Oswald es la historia de Oswald Hendryks Cornelius, connaisseur, bon vivant, coleccionista de arañas, escorpiones y bastones, amante de la ópera, experto en porcelana china, seductor de mujeres, y casi sin duda el mayor fornicador de todos los tiempos”, o una parte de ella, en la que se cuenta cómo llegó a ser rico y a alcanzar el tren de vida que lleva.  Con 17 años su madre le envía a estudiar a Francia y le acomoda en una pensión cutre y pobretona donde el tío Oswald se da cuenta de que, para vivir bien, necesita dinero. Ni corto ni perezoso se pone a buscar la manera de conseguirlo y la encuentra cuando viaja a Sudán y descubre que existe un escarabajo que, una vez secado al sol y convertido en polvo es un fuerte afrodisiaco.  No tarda mucho con hacerse con una buena cartera de clientes a los que vende su maravilloso producto, pero su mente inquieta sigue maquinando y con la ayuda de uno de sus profesores encuentra la manera de congelar semen. ¿Qué mejor negocio que vender el esperma de personajes ilustres? Su amiga Yasmin, a la que nada frena se presta rápidamente a formar parte del negocio y de este modo se van haciendo con el codiciado producto de celebridades de la talla de Freud, Picasso, Renoir y varas casas reales.   “De repente me dijo con voz asfixiada y algo mojigata 'Señora, desearía que se quitara la ropa'.
Oh, majestad! -Exclamé, poniéndome las manos en el pecho - ¡Qué decís
!'
-
Desnúdese
-dijo él, tragando saliva.
-¿Qué ocurrió luego?
-Esta gente de la realeza es muy extraña. Conocen algunos trucos que nosotros, ordinarios mortales, ignoramos”.


   Como veis, un texto gamberro y divertido que nos hará reír con situaciones de lo más disparatadas.   Es cierto que el tema se presta a ser soez y a caer en la grosería pero un maestro como Dahl no iba a dejar que esto ocurriera, lo trata con naturalidad y desparpajo, sin entrar en descripciones sexuales implícitas, sino dejando que el lector juegue con su imaginación y creando un relato fresco y lleno de guiños.  Como en todos sus libros, su manera de escribir ágil y desprovista de artificios convierte la lectura del mismo en un paseo divertido y agradable que hace que al terminarlo lo cierres con una sonrisa.