Levanto el lápiz sobre la hoja y… no, mentira, levanto mis dedos sobre el teclado y comienzo a escribir una historia que no viví, aunque tampoco estoy seguro de no haberla vivido, como sea, la mayoría creerá que “yo” soy yo y nada de lo que diga para aclarar lo contrario importará: siempre es igual.
Levanto el lápiz sobre la hoja y… no, mentira, levanto mis dedos sobre el teclado y comienzo a escribir una historia que no viví, aunque tampoco estoy seguro de no haberla vivido, como sea, la mayoría creerá que “yo” soy yo y nada de lo que diga para aclarar lo contrario importará: siempre es igual.