Mi vida sin rosa versa sobre los conflictos de género desde la perspectiva de una mujer cis con respecto a lo que implica pertenecer y vivir el género femenino en una sociedad patriarcal, junto a todos los estereotipos asociados a dicho rol, además de la pesada carga que se pone sobre sus cuerpos.
El primer trabajo de Lizth Bianc para Fandogamia es una obra introspectiva y honesta, que despertará la sensibilidad de cualquiera que se acerque a sus páginas.
Reseña He dejado el argumento de la editorial porque hay una palabra en él que chirría muchísimo y que es clave para ver por qué, para mí, falla. Pero vayamos por pasos y ya llegaré a eso luego.El cómic es, tal como dice, un relato autobiográfico en el que la autora hace un repaso de todo lo que la llevó a odiar lo "femenino", a rechazar ser mujer. Hay recuerdos de su niñez en que veía la nula implicación de su padre y otros hombres en las tareas de la casa o cómo lo que se consideraba de niña era tratado como inferior y ridículo en comparación a las cosas de niños. Ya más mayor, sufre la presión para aceptar salir con un chico sin que le gustase, sólo porque él quería y había sido bueno con ella. Luego cuenta también experiencias mucho más duras de carácter sexual que la llevaron a necesitar ayuda psicológica pero también ayuda médica para sanar las secuelas físicas (vaginismo) y hasta el apoyo de una sexóloga. Así, al final, entre la ayuda de estas profesionales, tener una pareja que es un chico decente y sus propias reflexiones acabó haciendo las paces con el "género" femenino.