El fin de semana pasado participé en el evento de Literania 2019. Como sabéis si me seguís desde hace un tiempo tengo TLP (trastorno límite de la personalidad) lo que se traduce en que ahora mismo vivo en una ruleta emocional en la que nunca sé cómo van a salir las cosas.
Me preparé mentalmente para que la depresión y la ansiedad guiaran mi paso por el evento. Sorprendentemente fue que la manía quien me envolvió y aunque pasé nervios salió a la luz mi yo más sociable que me permitió disfrutar como hace mucho que no lo hacía.
Literania 2019
Se celebró en el Centro Cultural de los Ejércitos, en Gran Vía 13, pleno centro de Madrid. El edificio era antiguo, con techos abovedados y vidrieras preciosas además de lámparas de araña. Era un espacio precioso en el que nos acogieron con mucho mimo. La acústica dejaba un poco que desear en la planta baja pues la cafetería hacía algo de eco, pero lo apañaron bastante con la megafonía para poder escuchar lo que ocurría en el escenario.
El entorno tan rococó me hizo sentir un poco fuera de lugar. No suelo frecuentar ese tipo de ambientes. Entiendo que a los visitantes pudo pasarles lo mismo y por eso muchos no entrarían aunque era totalmente gratuito tanto visitar los stands como la asistencia a las charlas y las mesas redondas.
La inauguración y los mensajes
En la inauguración participaron como madrina María Lavalle y como padrino honorífico Alberto Vázquez-Figueroa. También tuvimos la suerte de escuchar a Quico Taronjí, Enrique Gallud Jardiel y la Directora de Bibliotecas Públicas, Museos y Archivos.
Cada participación tuvo sus cosas buenas y malas pero hubo dos mensajes que se me quedaron enganchados en el corazoncito:
- Los jóvenes no leen. Cosa que yo creo que no es verdad para nada, hay muchos lectores jóvenes. Y también muchos escritores entre los 20 y los 30 haciendo literatura infantil y juvenil sabiendo exactamente al que se dirigen, porque han formado parte de él hasta hace poco. Es una frase que se usa a la ligera y hace mucho daño. Creo que este tipo de mensajes deberían desaparecer. Sobretodo teniendo en cuenta las estadísticas de lectores con las que contamos.
- La mujer se queda tonta tras el parto. Fue parte de una anécdota que se contó pero me supo como un caramelo envenenado. No hacía falta para nada denostar a una mujer para poder contarla. Y mucho menos con un insulto. Me sentí terriblemente mal durante esa intervención. Da igual que sea de alguien que escriba mucho y bien o poco y mal. Las personas tenemos que aprender a usar las palabras y lo que decimos para el bien. Si criticamos a una parturienta en su postparto más inmediato llamándola “tonta” estamos haciendo un flaco favor a la sociedad.
Estos mensajes, además de desfasados enturbiaron la vivencia de la ceremonia de inauguración para mí y me consta que para otras personas también crearon un momento incómodo.
Chibimundo – Literania 2019 inauguracion
" data-orig-size="1024,512" sizes="(max-width: 651px) 100vw, 651px" aperture="aperture" />¿Volver o no volver?
Tras los mensajes desagradables de la inauguración, mi sentimiento de estar fuera de lugar y algunos problemas con la organización de horarios y mesas para firmar llegué a casa agotada tras el primer día. Con muchos sentimientos encontrados porque estaba feliz por haber superado el día sin medicación pero a la vez triste porque no había encontrado mi sitio.
Quizás esperaba otro tipo de ambiente, no lo sé, las expectativas son lo que hace que nos duela la realidad. Las comparaciones son odiosas y yo tal vez tenía la esperanza de encontrar algo más joven. La mayoría de escritores eran personas más bien duchas en el arte de la escritura, con varios libros en su haber y se notaba la experiencia. Pocos íbamos con un libro o dos.
Además el público venía buscando entretenimiento y Elijo el Arcoiris puede ser muchas cosas, pero no es un libro para entretenerse y sacar unas risas. Es algo más reflexivo, para tomarse tranquilamente con un té o un café. Incluso para compartirlo con amigas y charlar sobre él. Pero no es el tipo de libro que te lees poco antes de dormir para soñar con mundos felices.
Soy consciente de esto y de que el público que se acercaba al libro por la portada se perdía por la sinopsis. Mi público estaba en otro lugar. No en aquel evento. Eso también me hizo reflexionar sobre si merecía la pena pasar allí las horas.
Chibimundo – Literania dia 2
" data-orig-size="1024,512" sizes="(max-width: 649px) 100vw, 649px" aperture="aperture" />¡Al final volví, menos mal!
Después de las reflexiones decidí vivir las experiencia al completo. Aprender lo posible del evento y de lo que las personas que allí había podían enseñarme. Y fue lo mejor que pude hacer. Me llevé la cámara de fotos e hice muchas, entablé conversaciones con prácticamente todos los autores que fueron y con los que compartí horario.
Las personas con las que hablé me dieron mucho, muchísimo. Experiencias en el mundo editorial, con distintas empresas. Ejemplos de cómo llevar el tema de la publicidad. Ideas para hacer márketing de mi libro. Direcciones de librerías y personas que me podían ayudar… Un sin fín de conocimiento que no podía haber conseguido si no hubiera sido por ellos. Y eso ya hizo que el evento mereciera la pena.
¿Quieres conocer más experiencias sobre el evento?
Te recomiendo leer a Yersey Owen y a My Blue February.