El director austríaco se lleva por segunda vez el preciado premio francés la Palma de Oro de Cannes. En 2009 fue con La cinta blanca y este año ha sido con Amour, por desgracia no podemos formarnos una opinión propias pues no hemos tenido la oportunidad de ver ninguna de las películas que han entrado en concurso, pero sí nos hemos informado arduamente para tener una idea general de las impresiones que han suscitado entre la crítica internacional.
Amour cuenta la historia de una pareja de ancianos, interpretados magníficamente por Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva, que viven sus últimos años soportando la terrible enfermedad que atormenta a uno de ellos, que primero le impide andar y posteriormente incluso hablar. Una mirada muy poco complaciente y dura, como la mayoría de su director, pero en esta ocasión la maldad no sale directamente de una sociedad repugnante, como suele ocurrir en el cine de Haneke, sino que hace su aparición en forma de enfermedad. En cuanto proyectaron la película todas las quinielas la dieron como una de las favoritas.
El galardón a mejor director ha ido a parar a manos de Carlos Reygadas por Post Tenebras Lux, que relata la pobreza en una familia que vive en el campo. Esta película no ha tenido tan buena acogida entre la crítica, que suele tacharla de "gratuita", "absurda" aunque también le reconocen un "toque buñuelesco". El premio a mejor actor se esperaba que recayese sobre Trintignant, pero no ha sido así, en su lugar ha ido a parar a manos de Mads Mikkelsen por Jagten, de Thomas Vinterberg, cuya actuación también ha sido tremendamente elogiada en el festival. Mejor actriz también se esperaba que sería para Riva, pero se alzaron con el premio Cosmina Stratan y Cristina Flutur, actrices de Beyond the Hills de Cristian Mungiu que ya se llevó hace unos pocos años la Palma de Oro por su excelente 4 meses, 3 semanas, 2 días.
El Gran Premio del Jurado recayó sobre Reality de Matteo Garrone, que ha recibido unas críticas bastante tibias. Otras películas de las que se habló bastante se fueron de vacío, o casi, como es el caso de En el camino, adaptación de la novela de Kerouac por Walter Salles, que no ha gustado demasiado; o la última película de Cronenberg, Cosmópolis, que tampoco ha sido de las favoritas de esta entrega. De esta misma forma De rouille et d'os de Jacques Audiard, Vous n'avez encore rien vu de Alain Resnais o Moonrise Kingdom de Wes Anderson se han ido de vacío a casa.