Michael Jackson siempre será el Rey del Pop. El impacto de su carrera va a perdurar para siempre, incluso aunque fuera mortal, igual que el resto de nosotros. Destacó con canciones como "Thriller", el "Beat It" y "Bad", que se convirtieron en himnos para diferentes generaciones.
Pero tal vez aún más influyentes que sus sonidos fueron sus movimientos de baile. Cada icónico e insustituible pasa hacía enloquecer a las masas. ¿Cómo los podía hacer? Eran auténticamente revolucionarios. Un tipo especial de ritmo alimentado con sus coreografías en los vídeos musicales y presentaciones en vivo que marcaron una época. Después de todo, él había sido una superestrella internacional desde la edad de 6 años, justo hasta el día de su muerte en 2009.
Siempre es buen momento para revisar sus movimientos de baile más celebrados. Este hombre no necesitaba parafernalia (aunque no le disgustaba). Todo lo que necesitaba era un micrófono y un escenario. Ah, y un buen par de zapatos de baile para dejarse llevar.
Científicos de la escuela Albert Einstein de Nueva York han demostrado que bailar durante nuestro tiempo libre es supersaludable para el cerebro. Se compara esta actividad con leer libros, estudiar o bien hacer deporte. En concreto este artículo publicado a una revista de medicina detalla que bailar puede hacer que disminuya en un 76% el riesgo de sufrir alguna demencia cuando eres grande. Otras actividades como por ejemplo hacer crucigramas sólo disminuye el riesgo en un 46%.
Así pues mientras estamos bailando con otras personas el cerebro se relaja y se reinventa de tal manera que se convierte en un estímulo por nuestras neuronas. De ahí que no haya nada de malo con que se te vaya la cabeza de vez en cuando y te líes a imitar los pasos de los bailarines más famosos de la historia, entre los que todos situamos al gran Michael Jackson.