Incluso en un mundo ideal, no debería existir una figura como la del Papa.En un mundo perfecto, a Monsieur Piccoli tendría que habérsele premiado con todos los premios importantes del celuloide para un ACTOR con mayúsculas que se ha sostenido y que sigue vigente a sus 86 años dándole vida a este Papa, tan humano quien comprende que su problema desde la niñez es el "síndrome de falta de atención". El Papa en versión de la película del realizador Nanni Moretti (2011), del que nunca sabemos su nombre ni nacionalidad y del que solo conocemos su apellido: Melville, no se siente capaz de asumir tan inmenso reto. Aunque ya hay humo blanco en El Vaticano y tenemos Papa, en realidad por la crisis del nuevo prelado se genera una interinidad con la que el cónclave no cuenta. Este es el argumento de esta extraña comedia, en la que hay momentos en que la totalidad de la sala se desternilla de la risa gracias a un humor inteligente y caústico que pone en la picota a la iglesia católica, apostólica y romana. Estilo propio de este director que se caracteriza por ser un crítico social y quien además, ha sido un acérrimo antagonista de Silvio Berlusconi y su rocambolesco estilo corrupto de gobierno. El itinerario de descubrimiento personal que vive el pontífice es lo mejor de este film en el que Moretti abusa de sí mismo en su personaje del psiquiatra del Papa, restándole fuerza a esta propuesta que no sale del todo victoriosa. La gran actriz italiana Margueritha Buy se desperdicia en un rol que no aporta nada a esta historia en la que el grupo de cardenales es por momentos, un "boccato di cardenale".Notas:El icónico estudio italiano Cineccita truca a El Vaticano con enormes copias al facsimil de los espacios y lugares en los que se desarrolla el film que seguramente debió subir en presupuesto en la dirección de arte recreando la Iglesia de San Pedro, El vaticano, salones y aposentos de la máxima jerarquía católica. Igualmante el inmenso número de extras y figurantes que recrean la espera del humo blanco y la posterior alegría cuando conocemos que ya "tenemos Papa".El magnífico actor Michel Piccoli ha tenido una destacada carrera en la época dorada del cine galo e itálico bajo las órdenes de Marco Ferreri en "La gran comilona", de Claude Sautet en "Las cosas de la vida" y "Max et les Ferrailleurs"; del insuperable Luis Buñuel en "El fantasma de la libertad" y "El discreto encanto de la burguesía", de Jean- Luc Godard en "El desprecio" del que ya hice un comentario en abril. Nanni Moretti ha tenido una singular carrera como realizador en la que ha combinado la autobiografía con historias cotidianas en las que sus personajes son tan reales como la vida. se ha ganado el premio en Cannes a la mejor película con "Caro Diario" y "La habitación del hijo".
Incluso en un mundo ideal, no debería existir una figura como la del Papa.En un mundo perfecto, a Monsieur Piccoli tendría que habérsele premiado con todos los premios importantes del celuloide para un ACTOR con mayúsculas que se ha sostenido y que sigue vigente a sus 86 años dándole vida a este Papa, tan humano quien comprende que su problema desde la niñez es el "síndrome de falta de atención". El Papa en versión de la película del realizador Nanni Moretti (2011), del que nunca sabemos su nombre ni nacionalidad y del que solo conocemos su apellido: Melville, no se siente capaz de asumir tan inmenso reto. Aunque ya hay humo blanco en El Vaticano y tenemos Papa, en realidad por la crisis del nuevo prelado se genera una interinidad con la que el cónclave no cuenta. Este es el argumento de esta extraña comedia, en la que hay momentos en que la totalidad de la sala se desternilla de la risa gracias a un humor inteligente y caústico que pone en la picota a la iglesia católica, apostólica y romana. Estilo propio de este director que se caracteriza por ser un crítico social y quien además, ha sido un acérrimo antagonista de Silvio Berlusconi y su rocambolesco estilo corrupto de gobierno. El itinerario de descubrimiento personal que vive el pontífice es lo mejor de este film en el que Moretti abusa de sí mismo en su personaje del psiquiatra del Papa, restándole fuerza a esta propuesta que no sale del todo victoriosa. La gran actriz italiana Margueritha Buy se desperdicia en un rol que no aporta nada a esta historia en la que el grupo de cardenales es por momentos, un "boccato di cardenale".Notas:El icónico estudio italiano Cineccita truca a El Vaticano con enormes copias al facsimil de los espacios y lugares en los que se desarrolla el film que seguramente debió subir en presupuesto en la dirección de arte recreando la Iglesia de San Pedro, El vaticano, salones y aposentos de la máxima jerarquía católica. Igualmante el inmenso número de extras y figurantes que recrean la espera del humo blanco y la posterior alegría cuando conocemos que ya "tenemos Papa".El magnífico actor Michel Piccoli ha tenido una destacada carrera en la época dorada del cine galo e itálico bajo las órdenes de Marco Ferreri en "La gran comilona", de Claude Sautet en "Las cosas de la vida" y "Max et les Ferrailleurs"; del insuperable Luis Buñuel en "El fantasma de la libertad" y "El discreto encanto de la burguesía", de Jean- Luc Godard en "El desprecio" del que ya hice un comentario en abril. Nanni Moretti ha tenido una singular carrera como realizador en la que ha combinado la autobiografía con historias cotidianas en las que sus personajes son tan reales como la vida. se ha ganado el premio en Cannes a la mejor película con "Caro Diario" y "La habitación del hijo".