El asunto fue el siguiente: el fósforo es un nutriente esencial para las plantas y uno de los principales constituyentes de los ácidos nucleicos que portan la información genética a todos los organismos. pero desgraciadamente una vez que las plantas empezaron a colonizar la tierra y tuvieron que obtener los minerales del suelo en vez del agua del mar, donde se difunden con relativa facilidad, se encontraron con el problema de que los fosfatos son casi totalmente indisolubles y por lo tanto apenas se desplazan por el suelo.Una raíz consume con tanta velocidad todo el fosfato que tiene a su alrededor que en poco tiempo lo habrá agotado y apenas podrá obtener más de allí.
Para solucionar este problema, muy pronto, en los albores de la evolución de las plantas las micorrizas se desarrollaron en repuesta a todo esto, como demuestran los fósiles vegetales primitivos encontrados, los cuales aparecen con hongos micorrizales.
El trabajo del hongo esta claro; como esta integrado por un micelio formado por grandes masa de hebras muy finas capaces de llegar a a nuevas áreas inexploradas del suelo y así poder captar fosfato y trasladarlo a la planta. La planta, con suma gratitud, cede parte de su exceso de azúcar ( hidratos de carbono) al hongo, que a su vez agranda su micelio en pos de más fosfato, cediéndolo a la planta en forma de iones fosfato. La asociación fu tan efectiva que se convirtió en universal.
Así pinos con sus Boletus, abedules y hayas con Amanitas, todo tipo de herbáceas con su hongo personal (en este caso endomicorrizas), crucíferas, leguminosas..., en fin, todo un surtido de asociaciones que hacen que las vacas pasten, los pájaros canten y yo pueda escribir este blog. Si amigos, así de claro, todo un regalo de la naturaleza.
Nos vemos en otra.
Hasta la vista.
Ion
Raíces micorrizadas ( hebras y masas blanquecinas)
Amanitas micorrizando un abedul
Boletus micorrizando un bosque de pinos