Las microcentrales hidroeléctricas generan energía eléctrica suficiente para satisfacer las necesidades energéticas de poblaciones pequeñas. Tienen un bajo impacto negativo al medio ambiente, ya que no contaminan el aire, el agua, ni el suelo y tiene un bajo efecto en la biodiversidad acuática, por lo que pueden ser consideradas como “energía limpia”. En Bolivia, existen varias microcentrales instaladas que dotan de energía eléctrica a diferentes comunidades alejadas y de difícil acceso.