"Empezó a estudiar alemán
porque le gustaba mandar,
continuó con el inglés
por le gustaba el té más que el café,
siguió con el portugués
porque le gustaba la samba y los carnavales,
reanudó sus clases de francés
porque le dijeron que era el lenguaje del amor,
y terminó con el italiano,
porque le quedaba bien el bigote."