El arqueólogo terminó de traducir estupefacto el jeroglífico en la pirámide:
"¡Oh, madre Nut: Es mi oración el último recuerdo tuyo, madre, y de nuestra patria, el cielo. No existe ya la blanca nave que se estrelló en la tierra de las calientes arenas. Hace treinta años que quemé tu cuerpo en la noche estrellada con el aliento de la nave caída. Cuando muera esperaré a mis hermanos en la gran tumba que este pueblo fiel me ha construído. Adios, mis últimas palabras para ti."
Este obra de Jesús Marcial Grande Gutiérrez está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.