Kit Preston (Doris Day), una rica heredera esposa de un importante financiero (Rex Harrison), desde hace un tiempo recibe amenazas de muerte de un desconocido. Primero en un parque, envuelta por la niebla, y luego en forma de llamadas telefónicas. Aunque un grupo de policías de Scotland Yard tratará de protegerla, el desconocido parece estar a punto de cumplir con sus amenazas.
Más allá del aspecto estético, la actriz se quejó de la demanda emocional que implicaba el rol, particularmente al momento de interpretar las escenas donde la protagonista se encontraba en grave peligro. “Para expresar de mejor forma el horror del personaje, rememoré los abusos que sufrí a manos de Al Jordan (primer esposo de Day, 1941-1943). En una escena en la cual debía mostrarme completamente histérica, recordé el momento cuando estaba embarazada y enferma, y Al Jordan irrumpió en mi habitación, me arrastró de la cama, y me azotó contra la pared. Como no estaba actuando como una histérica, sino que estaba realmente histérica, una vez terminada la escena colapsé. Todo el mundo estaba terriblemente preocupado. El director, David Miller, suspendió las filmaciones. Mi vida cinematográfica y mi vida real se habían fusionado. No me era sencillo terminar una escena y olvidarme de mis emociones”, declararía la actriz en una ocasión cuando se le preguntó acerca de su participación en esta cinta. Por otra parte, a Rex Harrison tampoco le resultaría sencilla la realización del film. Su esposa, Kay Kendall, había fallecido recientemente, por lo que el actor se mostró bastante deprimido durante las filmaciones. De todas formas, Doris Day declararía en una ocasión que gracias a Harrison pudo mantener su cordura durante la filmación de la película.
De manera inteligente, durante todo el transcurso del film, David Miller juega con la posibilidad de que las supuestas amenazas no sean más que un invento de la cada vez más desequilibrada protagonista. Si bien al inicio de la cinta escuchamos la peculiar voz del acosador cuando este amenaza a Kit en el parque escondido en la espesa niebla, en ninguna de las ocasiones que este telefonea a la casa de la protagonista podemos escuchar su voz, y solo nos enteramos de lo que dice a través de las propias palabras de ella, lo que siembra un dejo de duda acerca de su estado psicológico. Incluso el inspector (John Williams) de Scotland Yard a cargo del caso tiene su propia teoría basada en experiencias previas: probablemente la protagonista está inventando lo de las llamadas para captar la atención de su esposo, quien últimamente ha estado preocupado más de sus negocios que de ella. No solo el inspector no confía en la veracidad de las amenazas, sino que eventualmente ni su esposo, ni su tía Bea (Myrna Loy), pueden evitar pensar que Kit se está volviendo loca.
“Midnight Lace” es una entretenida e intrigante cinta que presenta una historia cargada de misterio, terror psicológico, y algunas dosis de suspenso. Si bien es cierto que el guión tiene algunos agujeros y que hay algunas subtramas que no son completamente explicadas, la cinta logra que sus virtudes se sobrepongan a sus pequeñas falencias. Como mencioné anteriormente, el film por momentos se acerca a la estética del horror italiano, y al mismo tiempo presenta algunos paralelos con el cine de Alfred Hitchcock. David Miller le imprime un ritmo narrativo más que adecuado al relato, y al mismo tiempo oculta de manera eficiente al verdadero culpable de las siniestras amenazas hasta el último tramo de la cinta. En definitiva, “Midnight Lace” es una película absolutamente recomendable, que nos otorga la oportunidad de ver a Doris Day en una faceta bastante distinta a la que demostró en gran parte de sus comedias románticas, las cuales la convirtieron en una de las grandes estrellas hollywoodenses de su época.
por Fantomas.