Ha sucedido lo que todo valencianista suponía y que sucedería una vez se conoció la suerte que el bombo de la liga de campeones nos había deparado; algunos incluso sentíamos que este guión estaba escrito desde que el club lograse la tan ansiada clasificación en la pasada temporada para la hermosa competición de la que esta noche, el club del murcielago ha sido eliminado.
El valencia estaba en crecimiento y las cosas se hicieron bien, pero; el trabajo es mayor, mucho mayor… sin embargo, no arrojaremos hoy responsabilidades hacía nadie; no mencionaremos por vigésima vez en esta campaña que a nuestro capitán le sucede algo, ni que la delantera, quitando a Mina, no funciona; pasaremos por alto que Guedes… no es ni la sombra de lo que fuese y, ni siquiera nos centraremos en que Marcelino se ha pasado un rato largo de conservador; porque el equipo no presionó arriba ni a partir del minuto ochenta, perdiendo… y fuera del campeonato irremediablemente.
Obviaremos todo esto, porque al club de Marcelino lo que le ha costado la vida… lo que le ha costado verse relegado a la Uefa, ha sido el miedo… ese miedo de unos jugadores inexpertos en su mayoría, al menos en lo que a este tipo de competiciones se refiere, ese miedo de un técnico que disputaba por primera vez la champions, ese miedo ocasionado por la racha de empates tan inauditamente larga que el club sufría a inicios de campaña…
Marcelino lo decía en rueda de prensa previa al encuentro fatídico, el tecnico esgrimía un continente serio y hablaba de forma tajante, un reproche en voz alta al grupo; ¨Es obvio -decía el asturiano-que hoy echamos de menos los puntos que perdimos al empatar con el Young boys, donde teníamos que ganar y, también los del empate en Manchester, donde creo que merecimos ganar.¨ Uno conoce sus limitaciones… Marcelino se sabía eliminado, tenía fe, claro… en el milagro, pero todos eramos realistas… no obstante, si algo dolerá al valencianismo, es la dureza de la eliminación, cuando se vaya a la hemeroteca, o los programas deportivos le repasen la trayectoria del Valencia en champions en el año del centenario… pobre, insípida y muy triste.
La derrota en Mestalla frente a una Juve que jugó con diez y sin Cristiano desde el mínuto treinta; fue una losa muy pesada, la eliminación se fraguó allí… luego un leve respiro empatando contra el Manchester a cero, haciendo un buen encuentro, poniendo contra las cuerdas a los rojos; un vano espejismo de lo que pudo ser; una ilusión, después llegó la pesadilla, llegó ese resultado que nos condenó… el empate contra el Young Boys, más que el empate… el dolor proviene de haber merecido perder frente a semejante rival, de nivel muy bajo y orgullo inquebrantable. El equipo no se recupera de aquello, quién más y quien menos lo sabía, ya estaba dicho… así la goleada gris en la vuelta contra el mismo equipo, en Mestalla, fue triste, porque contra deseos y pronósticos, el United venció a domicilio a la Juventus, el Valencia se sabía contra las cuerdas… y esta noche las cuerdas apretaron de más y nos tiraron al vacío.
La Juventus no quemará muchas etapas en este torneo, es un hecho, el equipo de Turin no es el que era, la victoria de esta noche no es para estar orgulloso desde su punto de vista, hicieron poco y nada… solo un detalle de Ronaldo ayudado de una mala coordinación defensiva les dejó marcar; el Valencia estaba anquilosado, lento, nervioso, errático, estático… absurdo. Marcelino planteó un choque conservador… sin salir a morder, sin salir a romper, sin furia; listos para aprovechar las contras y aguantar la acometida… casí funciona; pudimos irnos con victoria al descanso, pero el portero lo impidió… aún así el Valencia nunca habría ganado, los fichajes que llegaron en verano deben irse en invierno porque no encajan y no sirven para nada y la plantilla que tan lejos nos llevo la temporada pasada debe recomponerse de inmediato, viene el Madrid en horas bajas y hay que dar alegrías a la afición, además cuando una puerta se cierra se abre una ventana… la ventana no tiene mala pinta, la Europa League, donde quizás el murcielago puede alzar las alas con más esperanzas, un lugar donde si tecnicos y jugadores, además de la directiva, lográ sacudirse de encima el miedo que los engarrota, quizás podamos levantar el título que nos merecemos desde hace tiempo, la historia del Valencia en un año tan señalado debe hablar de un equipo más feliz a final de temporada.