El dirigente de la izquierda aberztale, Arnaldo Otegi, dijo ayer una gran verdad, que no podemos dejar caer en saco en roto. En una carta leída al finalizar la manifestación convocada en Bilbao contra la sentencia del caso Bateragune, Arnaldo Otegi aseguró que “poderosas fuerzas del Estado” manejan “una agenda de la mentira”, que no tiene más objetivo que poner trabas al proceso político abierto en Euskadi, que vive un nuevo episodio histórico tras la adhesión del Colectivo de Presos Políticos Vascos al Acuerdo de Gernika. Arnaldo Otegi esta vez tiene todo la razón y es justo reconocerlo. Tengo la vonvicción de que todas las formaciones políticas e instituciones queremos la paz por igual, pero muchas de ellas, en cambio, no quieren abordar el diálogo político y menos aún buscar soluciones democráticas a la normalización y a la convivencia. No podemos olvidar que la violencia ha sido siempre utilizada como una coartada no ya para negar el ejercicio del derecho de autodeterminación, sino incluso para negar el debate sobre su propio reconocimiento. En un futuro sin ETA, cada vez más factible, no hay más explicaciones que la intransigencia, la intolerancia, la imposición y el autoritarismo para impedir que Euskadi decida su futuro en libertad. Hay miedo al diálogo potquer hay miedo a los acuerdos, y sobre todo hay mucho miedo a la participación ciudadana y a escuchar su voz.