Las hormigas no tienen otra opción, pero ¿y nosotros? Nosotros podemos llegar a vivir sin trabajar.
Millones de personas mueren hoy gradual y lentamente. Los niños aprenden por imitación de lo que ven a su alrededor y lo que ven son muertos vivientes. La vida es vivir, y esto significa sumergirse cada momento más profundamente hacia la búsqueda interior. La vida debe ser una búsqueda en uno mismo y no una ambición de convertirse en esto o aquello, alguien exitoso o famoso, sino una búsqueda para descubrir: "¿quién soy yo?" Es extraño que la gente que no sabe quién es, se mate por llegar a ser alguien, pues ellos mismos no saben quiénes son. El impulso que te lleva a tratar de descubrir tu ser es el comienzo de la vida y el comienzo para realmente llegar a vivir sin trabajar. Aquellos que quieren vivir realmente y quieren llegar a vivir sin trabajar tienen que afrontar muchos riesgos. Tienen que adentrarse más y más en lo desconocido. La vida necesita inmenso valor. Los cobardes simplemente existen, no viven, jamás podrán aspirar a vivir sin trabajar, porque toda su vida está basada en el miedo. Es tanto el miedo que vivir se hace imposible. Sólo los valientes pueden vivir. El primer paso para abrirte a la vida, para aprender, es el valor. A pesar de todos los miedos, uno debe empezar a vivir. ¿Y por qué se necesita valor para vivir? Pues porque la vida es inseguridad. Si le das demasiada importancia a la seguridad, a la estabilidad, permanecerás encerrado en un pequeño circulo, casi en una prisión fabricada por ti mismo. Será segura, pero no será vida. La vida consiste en explorar, en ir hacia lo desconocido, en romper las barreras que un día construiste.
Vivir sin trabajar (que NO es lo mismo que no hacer nada), fundiendo vida y trabajo en un todo armónico, supone un aprendizaje, supone salirse de todo lo que la sociedad te ha mostrado como normal, para crear tu propio camino. Es un proceso lento y tienes que ser valiente, debes aprender a dejar de desperdiciar tu vida. La vida no es envejecer caminando hacia la tumba. Esto no es vida, es muerte, morir gradualmente durante 80 años.
La gente suele tener miedo a cambiar porque perder la “estabilidad” supone una “travesía en el desierto” que nunca se sabe donde puede llevarte, empezar un nuevo camino es duro, desesperante. Sé valiente y sacrifícalo todo por la vida; nada vale más que ella. Sé fuerte. Es tu vida. No sacrifiques tu vida por pequeñas cosas: seguridad, estabilidad, dinero. Nada de eso tiene valor. Uno tiene que vivir su propia vida tan totalmente como le sea posible; entonces, la alegría llega. Vivir sin trabajar es el camino y la meta. No te resignes a vivir una vida que no quieres vivir. Nunca. Camina por el desierto aunque se te quemen las plantas de los pies, aunque te quedes sin agua o comida. Valdrá la pena.