"El miedo guarda la viña" La conciencia permanece tranquila y serena cuando el delito es legal, sin embargo cuando se comete un delito ilegal, la justicia puede aplicarse como castigo para que sirva de escarmiento y también como tormento a las conciencias que intenten llevar a cabo los delitos que son ilegales para la Ley.
La Autoridad reina cuando el caos impera.
Las mayorías deciden inexorablemente para bien o para mal el presente y el futuro de toda la sociedad.
La esencia de la voluntad de poder es el Ego, sin Ego desaparece la voluntad de poder y por lo tanto el principio de dominación que estructura la sociedad actual basada en dominadores y dominados. De esta forma se reconstruye el individuo como ser humano y se configura una nueva sociedad sin dominadores ni dominados.
El principal fundamento de la sociedad capitalista es valorizar a los individuos que la conforman, de esta forma se jerarquiza y el principio de Autoridad se configura como valor vital para el funcionamiento de la sociedad, los individuos más adaptados (mejores) al sistema ocupan la escala más elevada de la pirámide, por contra, los menos adaptados (peores) la escala inferior. Se establece la meritocracia como forma de gobierno y la sociedad se divide en múltiples fragmentos que conforman a los mejores y peores adaptados al sistema de dominación. La acumulación de información y de Capital tiene como finalidad la obtención de Seguridad y Poder. La Seguridad transforma el mundo en una cárcel y el Poder en una lucha constante (de todos contra todos) por la supervivencia, estos conceptos son los que estructuran a grandes rasgos la sociedad actual y definen el pensamiento y la voluntad del individuo. El apátrida siente como nación el mundo, para él no hay frontera alguna, todos los seres humanos son sus hermanos, es un hombre libre de prejuicios y condicionamientos. Es la culminación de lo humano como humano y de su ser con los seres de todo el mundo. El anarquista puede ser libertario, sin embargo el libertario no tiene porque ser anarquista. El hombre ha conseguido racionalizar la destrucción e irracionalizar la creación.